martes, febrero 28, 2012

Parecer ser que la cosa va así

Silencio.
Reproches.
Desaparición.

Qué pena que vayamos perdiendo códigos
tan rápido,
tan fácil,
tanto.

Todos, alguna vez, leímos mal una situación. Todos, en alguna oportunidad, escuchamos peras y pensamos en manzanas. Todos, en algún momento, vimos lo que teníamos ganas de ver y no lo que había. El problema no está en comerse una curva. Lo que duele es que ni siquiera parezca importante buscar la forma de volver al camino.

¿Entendés por qué mis amigos son señores con mucha mesa de truco, con mucho pero mucho código?

viernes, febrero 24, 2012

El embrujo del mar

Y es, en realidad, un puñado de situaciones y sensaciones de esas que se imprimen en el cuerpo. Las charlas tan intertextuales, los tonos de voz mezclados, las carcajadas, destapar una cerveza en el balcón con todo ese mar mirándonos ahí enfrente, la variación en la resistencia que opone la arena bajo los pies al caminar, el viento marino en la cara, en la ropa, en el cuerpo, entender finalmente por qué hay tantas mujeres con vinchas en la playa, la sensación de que la primer ola que me toca me refresca la parte posterior de los tobillos y que ese frío repentino me hace levantar los hombros, el golpe del agua justo donde las olas rompen, darle batalla a esa barrera y que las primeras gotas tan saladas me salpiquen la cara y me recuerden ese sabor, sabor de mar, sumergirme de repente y después sí, después flotar. Mientras conversamos, entre las ondas que a veces se apuran a romper, entre el cielo y el sol y con todo el mar a los costados, flotar.

¡Pero qué gran idea!

viernes, febrero 17, 2012

Guía práctica para revertir un mal día

1- Soporte estoicamente los berretines de cuanto ser deleznable insista en perjudicar su humor.
2- Concéntrese, a lo largo del día, en las dos premisas básicas: controlá la cara y frená el gancho.
3- Pase por donde haya un par de amigos a distraerse un ratito y programar algo para la noche.
4- Llegue a su casa y tire sobre la primer superficie más o menos plana todas las cosas que acarrea.
5- Sáquese los zapatos.
6- Salude cordialmente pero con la menor cantidad de palabras posibles.
7- Enfúndese el zaparrastroso conjunto de entre casa.
8- Ponga la pava al fuego y prepare el mate según el ritual.
9- Súmese a la ronda y empiece a cebar.
10- Despotrique de la manera más visceral que pueda contra el mundo, los otros, el clima, la estupidez humana y otros tópicos abominables procurando mechar comentarios graciosos.
11- Concéntrese en la forma en que los insultos cómplices y las sonrisas ajenas le van aflojando la espalda.
12- Mire un par de episodios de alguna serie graciosa que le despeje la frene.
13- Reciba a sus amigos que llegan con cervezas.
14- Aproveche el empatamiento para saltar un poco en la mini tramp cada vez que le pasa cerca.
15- Prepare una picada y destape la primer botella.
16- Comience a servir la bebida.
17- Alégrese otra vez de haber comprado, finalmente, vasos que le gustan.
18- Converse animadamente mientras picotea aceitunas y papas fritas.
19- Critique desaforadamente a la reciente ex de alguno de los presentes y a todos los hombres y todas las mujeres en general como si valiera de algo.
20- Reciba mensajes lindos de despedida y planes de pronto cumplimiento.
21- Arme el bolso.
22- Péguese una ducha con todo el tiempo del mundo aunque ya sea tan tarde.
23- Métase a la cama.
24- Recuerde que tiene un boleto de colectivo en la billetera y planes geniales para el fin de semana.
25- Caiga en la cuenta de que el jueves terminó.

Definitamente, esta es sonrisa de viernes lleno de promesas.

jueves, febrero 16, 2012

Sin disimulo



Si las miradas pincharan

ese culo sería un alfiletero.

miércoles, febrero 15, 2012

Acento conceptual


Pibe, piba.

El ultimátum está en quien resuelve no en quien decide.

martes, febrero 14, 2012

Bailar riendo y reír bailando

Un café intenso y amargo, un día un poquito fresco, la sensación templada de la taza contra las palmas de mis manos. Los pies descalzos sobre las baldosas frescas, el pelo desalineado haciéndome cosquillas en los omóplatos, una sonrisa mansa y mordisquearme ligeramente la boca para sentir el sabor del café en mis labios. Bailotear apenas y tener conversaciones a media voz sobre mundo y sus despropósitos e incertidumbres y las ideas que nunca son lo que esperamos en la realidad y la maravilla de que el cuerpo sea capaz de sentir así, a pesar de todo. Reírnos, mucho, tanto que nos olvidemos de que algunas realidades pueden hacernos llorar. Bailar riendo y reír bailando porque es la única forma de salvar esta capacidad de juego, estas ilusiones irracionales, estos deseos ilógicos, estas utopías singulares y colectivas, esta voluntad de hacer, estas ganas de decir, estos objetivos tentadores, estos anhelos fantásticos de futuros llenos de futuro.

No estaría nada mal empezar así el día.

lunes, febrero 13, 2012

En voz alta 13

Porque lo más probable es que no suceda. Honestamente hablando, estadísticamente hablando. Si miramos un poquito el legajo y contemplamos el contexto general, las chances de que así sea son mínimas. Eso porque no me encontrás pesimista y te afirmo que son ínfimas, aproximándose a nulas. Porque podemos repasar los últimos, no sé, 15 años de mi vida, hacer números, evaluar casos, sincerarnos y vamos a llegar a la conclusión de que lo más esperable es que no pase. Porque, por supuesto, también puede que sí.

Estaría bastante bueno conocer a un hombre que no entre en pánico ante la sola posibilidad de que, quizás un día, me enamore y mirá si es de él.

jueves, febrero 09, 2012

Modo indicativo, tiempo presente

Y reís. Porque sí. Y el mundo es un desastre y seguimos perdiendo gigantes y pensás que un día quizás la mediocridad gane definitivamente la pulseada pero, qué va, te reís igual.

Y sonreís. Porque sí. Y refrescó y el sol está de asueto y la ropa por lavar se sigue apilando y nada importa tanto, al fin y al cabo, como para borrar las sonrisas y hacer de la vida algo peor.

Y bailás. Porque sí. Y nada tiene que ver con nada y ninguna de las cosas importantes tienen explicación y reaccionás ante la maravilla de que, a veces, no hagan falta palabras.

Y callás. Porque sí. Y te encanta la canción y podrías cantarla a los gritos pero preferís dejar la garganta dormida un rato más y escuchar la superposición de sonidos que te rodea.

Y sos. Porque sí. Y sos alegría y preocupación y música y silencio y una y muchas y ayer y hoy y piel y emociones y sueño y vigilia y todo lo que siempre sos pero, ahora, a consciencia.

Y desayunás.

miércoles, febrero 08, 2012

Índice Pinet

Una: no entiendo para qué se hace la rock si no da ni para pop.

Otra: ¿pop? ni para melódico da.

Una: ok, ¿la pura verdad? apenas si llega a intro lenta de cumbia villera.

Y ni siquiera se las puede acusar de malas.

martes, febrero 07, 2012

Es que nunca tuve varita con estrella en la punta

¿Te acordás? De cuando se me dio por sentir que yo había llegado a tu vida para ayudarte a algo y me quedé haciendo como que era puro altruismo, como que todo eso no era una forma de negarme y postergarme. Y jugué a ser abnegada cuando bien sabemos que no es lo mío. Y me dejé ser mártir por un rato y mirarme al espejo y sentirme devastadoramente triste por no ser valorada y me subí a mi propia montaña rusa de melodrama como si tuviera razón, como si tuviera derecho.

¿Te acordás? De la vez que estuve a una frase de pronunciar ese reproche que no te merecías porque nadie debe querer, se quiere o no se quiere y no hay tutía. Y me callé pero no fue justo a tiempo, porque aún en esa no palabra se escuchó la queja. Y me di permiso para ofuscarme con vos con excusas que eran puras patrañas y me olvidé de avisarte que lo único complicado de tu actitud era esa situación de no hacerte cargo, vos también, de que te estabas quedando.

¿Te acordás de cuando se me dio por hacer de hada madrina y me salió para al carajo?

¿Me perdonás?


lunes, febrero 06, 2012

Para cada problema una solución

Hermana: y no cierra. La flaca dice que ama a sus sobrinos pero después... no cierra por ningún lado.
Café: es que no entendés nada. Ella me explicó.
Amiga: ¿qué te dijo?
Café: que ella se lleva bárbaro con las criaturas... hasta que empiezan a caminar.
Amiga: ah, claro, justo cuando dejan de servir de accesorio.
Hermana: y bueno, decile que se compre un paralítico... lo va a querer toda la vida.

La literalidad no tiene límites.

viernes, febrero 03, 2012

Mis amigos son unos atorrantes

Ay, nene, nene. Espero estar cerca el día en que te encuentres con tu némesis. No para regocijarme con tus renegadas y malos ratos, que en serio soy tu amiga, sino para hacerte compañía mientras te recomponés y cebarte mates suavecitos y recordarte todas las cosas maravillosas que te componen (porque están, sabelo) y retarte apenitas y decirte que, un poco, deberías haberlo esperado.

Eso sí, asegurate de mantenerte cerca de todos los que te queremos cuando, de casualidad y sin esperártelo, te cruces con alguien que te importe. Pero en serio, que no quieras hacerle mal por nada y te pinche la certeza de que es inevitable y lo intentes igual. Porque los astros tienen un exasperante dominio de la ironía, porque realmente cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da pero, por sobre todas las cosas, porque vos no tenés ni somera idea de cómo cuernos ponerle el pecho a eso.

Es tan fácil ser así de picante cuando nada te llega.


jueves, febrero 02, 2012

Habilidosa para el macramé

Y un día entendí que no podía enfermarme y no me enfermé por mucho tiempo. Y otro día pensé que no tenía que preocupar con mis detalles y, entonces, ya no los conté. Y creí que no tenía derecho a necesitar y, entonces, dejé de esperar. Y un día interpreté que no debía llorar y me guardé los sollozos. Y sentí que no correspondía pedir y cerré la boca, y supe que no quería exigir y me resigné, y sospeché que no me podía derrumbar y me amurallé, y adiviné que no me debía ilusionar y me mentí, y fingí que no podía extrañar y me atrincheré, y con cada una de esas conclusiones me anudé.

No es lo que mi cabeza puede hacerle a mi cuerpo lo que me sorprende sino lo que, de hecho, le hace.

miércoles, febrero 01, 2012

Final del viaje

Existen las playas, los lagos, los ríos, el mar, las montañas, las ojotas, los vestidos cortos y con muchísimos colores, el placer del agua fresca en los pies después del apuro de las plantas contra las piedras calientes, la malla preciosa que finalmente conseguí y el encanto de sacármela al final de la jornada de sol, los días nublados para salir a pasear, los helados a la tardecita, las polleras floreadas, las cervezas con tantas risas, los aros colorinches, el poquito de delineador que basta cuando ya no tengo color a ratón de invierno. Existen los desayunos compartidos casi a mediodía riéndonos de todo, preparar el café con leche descalza, bailando y sonriendo mientras el resto termina de desperezarse, poner las muchas tazas en fila y hacer una parva así de tostadas y preparar la mesa y sentarnos a disfrutar de todo y planear apenitas el resto de la jornada. Existen los autos y los viajes y las rutas y el tercer o cuarto termo de mates desde que arrancamos y las miles de pavadas que podemos conversar mientras los paisajes cambian. Existen los días que terminan recién cuando amanece el siguiente y la sensación de flotar en el cuerpo por haber dormido tan poquito y estar disfrutando con tal desparpajo. Existe esta sensación de que el mundo, a pesar de los otros y el infierno que constituyen, puede ser un lugar maravilloso. Existen las noches fresquitas de aire serrano y mi casa, mi río, mi lugar en la mesa, mi piedra, mi pieza, mi cama, mi mate y el único lugar en el que me pongo así de posesiva, quizás por ser el que más propio siento.

Existiendo todo eso,
¿quién me convenció de volver a estas ciudades, a estas ocupaciones, a estos zapatos, a esta rutina?