miércoles, diciembre 31, 2008

Noches y lunas

Entre miércoles y jueves no cambia nuestra vida. Esta noche vieja y esa mañana nueva no suponen cambios automáticos en nuestro mundo. Sin embargo, vale (y cómo vale) sumarse una vez más al festejo. Dejar en la puerta las penas y las tristezas por un rato y sentarnos a una mesa rodeada de gente que queremos. Mucha o poca, no es cuestión de cantidad. La idea es no sea una cena más.

Una reunión con amigos, un encuentro de familia, una cena en pareja. Sea como sea que prefieras empezar este año nuevo ojalá se te pinten muchas sonrisas con el correr de las horas. Y brindemos pero no porque lo dice la tradición. Brindemos porque siempre hay razones para levantar la copa, para festejar, para agradecer y para disculpar, dejar atrás y superar.

Vení, bailemos este día y esta noche (y todos los días y todas las noches) con los mejores deseos que puedo regalarte.



Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas,
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

Joaquín Sabina
Noches de boda | 19 días y 500 noches

martes, diciembre 30, 2008

Pica

Juguemos como cuando éramos chicos. Juguemos al ladrón y al policía, a corrernos por todos lados y volver al refugio de la casa. Vení a treparte conmigo a un subibaja y divertirnos con las idas y vueltas sabiendo que estamos en el mismo banco. Juguemos al memotest, a dar vueltas fichas iguales en una vuelta y diferentes en la otra y reirnos como locos cada vez. Vení a jugar al dígalo con mímica hasta nombrarnos y al pictionary, a dibujarnos esta historia en la piel, entre los lunares y las cicatrices y el filo de los huesos y cada una de las líneas de nuestro pellejo. Dale, vení. Juguemos a la escondida, al desafío de escondernos y buscarnos por el milagro de encontrarnos.



Quiero dejar todas las palomas
en el cetro de tu alma
y todo el beso en tus pies
que dejes de mirarme burlón,
se que te estoy dando poco,
y mucho te pediré.

Se la nube sola en mi pradera,
seré tu querido verde,
y seras sombra en mi mitad,
y si ves que mi verde se quema,
llueve tu llorosa pena,
y el verde nuevo se hará.

Y que no te vayas un Febrero,
detrás de aquella bandada,
azabache hacia, el pinar,
Quiero ser también dueña del cielo,
y un pinar, pero es preciso,
y que me enseñes a volar.


Hazte sol cercano en la distancia,
hazte en el recuerdo un leño,
y quemate en mi interior,
no quiero tener más noches frias,
ni poder tan solo en sueños,
despertame junto a vos.

Que tengamos alrededor nuestro,
quien berre nuestros nombres,
y mucha sombra por dar,
cuando llegemos a la tierra,
unete conmigo en savia,
así haremos sombra igual

Jorge Fandermole
Canción del pinar | Los trabajos y los días

lunes, diciembre 29, 2008

Sanar

Ya hablé de recuerdos, de cicatrices, de historias que marcan (que me marcaron), de cómo las personas que pasaron por mi vida me modificaron, de cómo quienes comparten mis días de alguna forma me transforman y cambian como consecuencia de ese vínculo que nos une. Ya conté mi versión de algunos de los hombres que pasaron por mi, por toda esta persona que soy.

Hay algunos de esos relatos que todavía no encuentran palabras. Un par de esos pasados que no terminan de quedarse atrás, que no dejan de doler un poco de tanto en vez, que no cesan en su manía de quedarse, cual espina, lastimando la planta del pie en cada paso. Diferencias, errores, palabras calladas, acciones no concretadas que no logran correrse del medio del camino.

Soy de las personas que prefieren sufrir los dolores. Enfrentarse, eventualmente, a las penas, a las decisiones discutibles, a las actitudes ajenas que lastimaron y ponerlas en perspectiva. Si dependiera de perdonar esas historias estarían cerradas pero, en realidad, necesito reconciliarme con las situaciones pasadas y mirarlas sanamente. Algunas veces lo logro asombrosamente rápido, otras llevan años.

Ayer descubrí que estoy encontrando la distancia exacta para reconciliarme con una de mis historias. Quizás la relación de a dos que más me marcara. Quizás sólo otra de esas personas que me modificaron. Me queda un proceso intenso y probablemente lleno de lágrimas que terminará en sonrisa. Las conclusiones llegarán después. Por ahora queda la calma.


domingo, diciembre 28, 2008

Máxima arbitraria 21



Cuando te morís de ganas de perderte en su abrazo y desconectar del mundo pero sabés que no es posible te invade una sensación de profunda soledad.

Cosa 'e mandinga

En el séptimo día dios descansó y satán aprovechó el descuido para plantar higueras en el jardín del edén y en el mundo todo. Una vez creados los higos se tiró a hacer la plancha*.

Acababa de garantizarse un pecado capital por cada alma (y la muerte por shock hiperglucémico del portador).




* de ahí la famosa expresión "rascarse el higo"

sábado, diciembre 27, 2008

Toda una vida

El valor de la palabra, la importancia de decir lo que se piensa y hacer lo que se dice, la fuerza del empeño, el alcance de la constancia, la solidez de las ideas seleccionadas, la prepotencia del trabajo, el valor de escuchar, la fuerza para opinar, el aval de la memoria, la entereza de la verdad, la tranquilidad de buscarnos nuestros lugares, el respaldo de un hogar, el empuje de los objetivos más allá de uno mismo, el encanto de aprender y el valor de saber.

De mi padre heredé genes pero, fundamentalmente, compartí historia, descubrí criterios, incorporé conceptos. No todos los que él tiene para enseñar pero muchos de los que me hacen esta persona que soy. De todas las cosas, lo mejor es que recibí amor.

Toneladas de amor disfrazado de papas rejilla, de horas de viaje, de paisajes impagables, de frutas bajadas de los árboles, de piedras sacadas del fondo de los ríos y los lagos, de piraguas y remos, de cañitas de pescar improvisadas y lobrices y mojarritas, de libros y música, de espacio, de respeto por las decisiones propias, de explicaciones válidas para cada opción, de charlas y debates, de enojos y discusiones, de cosquillas con la barba en las manos para despertarme, de tostadas con dulces, de chacareras cantadas y bailadas, de zambas con su voz hermosa, de pensar y descubrir secretos en las letras de las canciones y abrazos con espaldas rascadas y series con cerveza y maníes y tantas, tantísimas otras cosas que llenaron nuestros ratos compartidos a lo largo de todos estos años.




Hoy papi cumple años.
Hoy desayunamos como él merece.

(y la banda de sonido fue su zamba preferida)

viernes, diciembre 26, 2008

Amanecer

Un rincón nuevo. Una mermelada más en la mesa de estos desayunos. Un instante brevísimo para redescubrir la hermosura. La vida es un cúmulo de detalles, las pequeñas cosas que suceden entre dos grandes momentos son nuestros días y nuestras horas y nuestros lugares y nuestros afectos. Te pido que te tomes un café conmigo y compartas algunas de las cosas que valen la pena para mí.
Nadie conoce la belleza si no vio el sol salir sobre un campo de girasoles florecidos


miércoles, diciembre 24, 2008

Llenar de luz la oscuridad

Y no hay mesa de grandes y chicos ni mimejorpollera ni criaturas corriendo ni adultos debatiendo ni cena multitudinaria ni rebatiña de garrapiñada ni copas trasnochadas ni reguero de botellas vacías.

Este año estuvo, todavía está, plagado de planes que cambian a último momento, de encuentros que se desarman, de reuniones que se desintegran, de momentos que se postergan, de tiempos que no acompañan. Son demasiados días de imposibilidad de encontrar los espacios que necesito.

Esta noche es nochebuena. Podría ser una noche cualquiera pero el feriado y la tradición indican que no es así. Dice la leyenda que el 24 de diciembre de cada año nos juntamos todos y somos felices y levemente borrachos por un par de horas.

Y cantamos y bailamos y brindamos y nos abrazamos y decimos mil veces cuánto nos adoramos y lo mucho que nos extrañamos y las ganas de encontrarnos más seguido y nos reímos a carcajadas y nos queremos, tanto.

Esta noche podría ser una noche cualquiera pero no lo es.
Entonces levanto la vista, sonrío y te invito a bailar.



martes, diciembre 23, 2008

Una silla eléctrica, por favor

Hace todo el día que me hago la guapa. Pienso, ya lo voy a superar, no es tan grave, en un rato se me pasa, es cuestión de pensar en otra cosa y así.

Llevo horas intentando sobreponerme a esta mala jugada de mi cabeza. No lo logro. Probé todas las técnicas que conozco para enfrentar estas etapas. Intenté con buena música, traté de ignorar el tema, jugué a la superada. Todo en vano.

Mis malditas neuronas llevan horas meneándose con ésto.



Merezco la muerte.

No es no

Prácticamente no nos conocemos. Una amiga generó un momento impresentable de ay, yo quería que ustedes se conozcan y se casen. Yo afirmé, con cara de no me jodan, es el alcohol el que habla. Conseguiste mi teléfono. Me mandás un mensaje para cenar. Respondo no. Me mandás un mensaje para almorzar. Respondo no. Me mandás otro mensaje para cenar. No respondo.

Entonces, que vayas a pedirle a ella que me pregunte por qué no te contesté... está de más (y te deja mal parado)

lunes, diciembre 22, 2008

Ni más ni menos

Dicen que existe el amor paratodalavida, el amor quetodolopuede, el amor que nos cambia, el que nos renace, aquel por el que vale la pena morir. Dicen que hay muchas formas en el amor de dos. Pienso que, a veces, es sólo amor.

Un amor que ni juzga ni demanda ni entiende ni exige. Un amor que no espera. Un amor que es adjetivo, que a veces juega de verbo pero no tiene pretenciones de sustantivo. Un amor tan simple, tan pleno, tan ajeno al tiempo y al espacio que podría, tranquilamente, ser para siempre.

Hay quienes dicen que podemos encontrar amores de muchísimas formas y quienes afirman que el amor es uno solo. Un gran amor que nos da sentido, nos complementa, nos mejora. Sin embargo algunas veces no es necesario agregar palabras. Algunas veces es lisa y llanamente amor.




We may never never meet again, on that bumpy road to love
But I'll always, always keep the memory of

The way you hold your knife
The way we danced till three
The way you changed my life
No they can't take that away from me

Kim Hoorweg
They can't take that away from me | Kim Is Back

viernes, diciembre 19, 2008

Country y Ceniceros 03

A veces sucede. Terminamos una relación, nos dejaron, tenemos el corazón destruido y necesitamos seguir pero no encontramos la fuerza, las ganas, el modo. Cuando se termina una historia en la que pusimos muchas ilusiones y apostamos los sentimientos necesitamos encontrar la distancia exacta entre los dos puntos. Hay que lograr que ya no duela esquivando el enojo perdurable.

Un tiempo de angustia y bronca es lógico pero eventualmente debemos superarlo y encontrar, otra vez, las ganas de seguir jugando. Una de las mejores formas es, según mi experiencia, ser capaces de mandar al cuerno a la persona que quisismos y nos lastimó y para eso, nada como las mujeres que cantan country.

Si estás asqueada, cansada, dolida, engañada, maltratada, desenamorada o cualquiera de esos estados que el desamor provoca, dedicate unos minutos y cantale esta canción para que sepa que estás lista para seguir.

Nancy Sinatra - These boots are made for walking



You keep saying you've got something for me.
something you call love, but confess.
You've been messin' where you shouldn't have been a messin'
and now someone else is gettin' all your best.


These boots are made for walking, and that's just what they'll do
one of these days these boots are gonna walk all over you.

You keep lying, when you oughta be truthin'
and you keep losin' when you oughta not bet.

You keep samin' when you oughta be changin'.
Now what's right is right, but you ain't been right yet.

These boots are made for walking, and that's just what they'll do
one of these days these boots are gonna walk all over you.

You keep playin' where you shouldn't be playin
and you keep thinkin' that you´ll never get burnt.
Ha! I just found me a brand new box of matches yeah
and what he know you ain't HAD time to learn.

Are you ready boots? Start walkin'!

miércoles, diciembre 17, 2008

De antojos y realidades

Hace todo el día que canto y bailo esta canción. Recién a esta hora caigo en la cuenta de que me encantaría ser esa mujer.

Que prende las estrellas cuando el cielo no la ve,
Inventa primaveras con flores de papel.


Fabián Gallardo
Estoy hablando de ella | Debajo del agua



Camina y va dejando un vendaval,
Y el viento se le enreda entre los pies.
Sus ojos siempre dicen la verdad,
Sus piernas son un fuego que quema de placer.
Y dicen que hay lugares donde el sol,
No sale sino encuentra a esa mujer.<
Para vestir su cuerpo de calor,
Y acariciar su espalda alguna vez.


Y sé, que cuando abre los ojos hay un nuevo amanecer,
Y cuando se desnuda me ilumina con su piel.
No puedo imaginar la playa sin sus pies,
No tengo más palabras para hablar de esa mujer.
Que prende las estrellas cuando el cielo no la ve,
Inventa primaveras con flores de papel.
Y vuela sobre mí,
Y baila hasta caer.
Me duerme y me desvela,
Esa mujer.

Me cura y me envenena.
Me atrapa y me libera.
Me duerme y me desvela.
Me absuelve y me condena.
Me esquiva y me atropella.
Me incendia y me congela.
No tengo más palabras estoy hablando de ella.

Si un día te la encuentras por ahí,
Y un rayo te atraviesa y no lo ves.
No es nada solo es tu corazón,
Que al fin pudo sentir a esa mujer.


Y siento su perfume en cada atardecer,
Me envuelve con sus piernas y ya nada puedo hacer.
La quiero para mi,
Es el agua y es la sed.
Me cura y me envenena…

Ella es un día de primavera,
Estoy hablando, estoy hablando.... de ella.

¿Grande yo?

A mediados de 1996 empezó la etapa cumpleaños de 15 de mi curso y, por ende, de casi todas mis amigas. En ese entonces nosotras éramos un malón de 8 muchachas inmersas en un curso de 30 alumnos en una escuela completamente caótica. El día en que la primera del grupo cumplía los años fuimos todas a desayunar con ella, temprano y pintamos la calle y llevamos facturas y armamos mates y cantamos a los gritos y repasamos la ropa de cada una para la fiesta del día siguiente y fuimos felices.

Recuerdo que en un momento de la mañana la cumpleañera se acercó a mí y, con gesto cómplice, me agarró de la mano, me llevó a su pieza, nos paramos frente al espejo y me dijo me veo mucho más grande que anoche. Me lo confesó con tanta sinceridad y una mezcla entre orgullo y vergüenza que no me olvidé del gesto en todos estos años. Cuando llegó el día de mi cumpleaños, que era uno de los últimos, el ritual se repitió prácticamente igual. Ella vino y preguntó ¿a vos también te pasó?. No, no me pasó, dije, con absoluta honestidad.

Ayer aprobé la última materia de mi carrera. Según cuenta la leyenda algo debería haberse modificado en mí. Por supuesto que estoy feliz, es claro que la sensación de salir de ese examen fue especial, diferente e indescriptible. Sin embargo, hoy me miré al espejo y no me vi diferente, ni siquiera más grande.



¿Será que estoy decidida a no crecer más?

lunes, diciembre 15, 2008

Indicios de mi

Las personas que más me conocen, en diferentes situaciones, me hicieron notar:

- que mis ojos me delatan siempre...

- que mis manos hablan conmigo cuando estoy convencida y se quedan quietas cuando estoy insegura...

- que mis hombros demuestran cuán a gusto (o disgusto) estoy en ese lugar...

- que mis piernas acusan cuánta confiaza siento por las personas que me rodean...

- que mi forma de hablar, las palabras, las frases, el tono de voz, generan una primera impresión extraña que suele disiparse después de una charla...

- que mi relación con mi familia avisa que somos un clan pero siempre hay lugar para uno más...

- que mis abrazos hacen bien...

- que la cantidad de detalles que cuido en mi relación con las persona hace que me consideren muy compañera.



¿Qué cosas tuyas hablan de vos?

Tiempo técnico

Dormir profundamente hasta media mañana, quedarnos un rato más remoloneando perdidos entre las sábanas y las almohadas, perdidos entre los brazos con una sonrisa, un buen beso para empezar la jornada, levantarme despacio, ponerme una camisa fresca, calzarme las pantuflas de verano o las ojotas, elegir música linda, bailar por la cocina mientras reuno los ingredientes para preparar un desayuno fresco y rico, esquivar los diarios, las noticias y los matutinos radiales, disfrutar lentamente de cada bocado, charlar, cantar estribillos con la voz irregular de recién despierta, sentir el aroma a café despejándome la cabeza, reírnos mucho, inventar anécdotas ridículas con una frase de alguna canción, dejar la taza sobre la mesa de luz, desperezarnos una vez más, jugar a que no nos movemos a que no nos vamos a que no empieza el día, salir de la cama entre mimos y cosquillas y descubrir que no hay nada por hacer excepto pasear y mojarnos los pies en el río.



Necesito vacaciones.
¿Vos?

domingo, diciembre 14, 2008

Máxima arbitraria 20




Cuando te sorprende, fascina y desvela la sensación de su mano en tu cintura... estás frita.



sábado, diciembre 13, 2008

Máxima arbitraria 19




Cuando un hombre se ríe y los ojos le brillan como a una criatura feliz sabés que podrías enamorarte así de fácil.



viernes, diciembre 12, 2008

Basta

Veinte horas de pena y bronca son mi límite permitido. Hasta acá llegué. Ya les dediqué más tiempo del lógico. Ahora hago un corte, rotundo, intencional, premeditado y espontáneo al mismo tiempo. Entre medio quedaron varias de las cosas que hacen que mejore, poco a poco, mi estado de ánimo.

Un post visceral, una ducha, un rato de insomnio, un par de horas de sueño, un viaje en colectivo, algunas horas de trabajo, pensar basta (decirlo en voz alta, escribirlo), regresar a casa, una comida rica, un buen rato de siesta, desperezarme el sueño con una conversación hermosa y divertida, encontrarme con mi amiga-socia, actuar una publicidad de alfajores y bailar canciones de cuando éramos adolescentes.



Listo.
Ya estoy de vuelta.



Sí, lo sé. Debería conseguir una guillotina. Merezco la muerte por esa canción. ¡Disculpame, en mi adolescencia sonaban esas cosas!

jueves, diciembre 11, 2008

Harta

Tremenda, sempiterna, profunda y endodérmicamente asqueada.

Extenuada, enflaquecida, ennegrecida, encogida de los regresos y los reiteros y las retiradas y las repatriadas.

Dolida, descolorida, desmigajada, desarticulada de las palabras y los pudores y las propuestas y los problemas.

Avasallada, llagada, sollozada, subyugada de los replanteos y las respuestas y las repropuestas y los reclamos.

Desahuciada, descuajada, destilada, desteñida de los pedazos y los pruritos y los pasados y los presentes.

Agobiada, adormecida, agotada, amedrentada de los recursos y las reservas y los retenes y las reapariciones.

Perimetral, existencial, epidérmica e integralmente repugnada.

Resumiendo (sin exagerar)

Anoche pensaba que hoy iba a publicar una especie de encuesta sobre su percepción de mi sensibilidad (o falta de). Cambio de planes. Javier habló de mi y me sentí cómplice y me quedé sonriente. Pensé que es mejor empezar el día así. Pensé en lo contenta que me pone compartir estos desayunos virtuales entre sus comentarios y acá voy.

Cada uno de ustedes mueve una fibra distinta de mi. Hay quienes me sorprenden, quienes me miman, quienes me desafían, quienes me aconsejan, quienes me acompañan, quienes me entienden, quienes se cuelgan con el texto y lo demuestran, quienes disfrutan la música, quienes hacen corrección editorial ad honorem (gracias por eso), quienes dicen lo mismo que yo pero mejor, quienes se ocultan en los anónimos, quienes comparten anécdotas, quienes toman mates, quienes prefieren café, quienes traen dulces, quienes prefieren medialunas, quienes bailan conmigo, quienes me ayudan, quienes me piden una opinión, quienes despotrican y quienes vuelven a leer y seguir comentando.

Por cada palabra, por el tiempo, por los ratos compartidos, a todos y cada uno
Gracias, mil gracias, muchísimas gracias.



Esta canción, la remito en papel de regalo
de corazón a corazón
Por sonreír, por dejar que me cuele en tu vida
y estar aquí, gracias a ti
Gracias a todos por oír mis sentimientos
por no dejarme predicar en el desierto
Digo si, gracias a ti...

Rosana
Agradecimientos | Marca Registrada
Sí, no puedo evitarlo, me encanta Rosana. Llamale vestigio de adolescencia, llamale parte piruja de mi personalidad (como diría ¨), lo mismo me da. No puedo dejar de cantar a esta mujer.

miércoles, diciembre 10, 2008

Entrar al juego

Quiero comer naranjas jugosas chupeteándonos los dedos. Quiero que caminemos juntos a las 3 de la mañana por el medio de una calle casi que bailando y dando algunas vueltas. Quiero que nos tiremos entre muchos almohadones, o en una cama o en un sillón cómodo y apoyar mi cabeza en tu pecho desnudo. Quiero que me leas cuentos que te gusten con mi oreja en el huequito debajo de tu clavícula y escuchar tu voz desde ahí. Quiero que se mezclen en mí tu voz y tu respiración y tu corazón latiendo y tu pecho vibrando y tu aroma. Quiero que me recorras el cuerpo despacio, conociéndole los recovecos, los lunares, las marcas. Quiero descoserte a caricias e hilvanarte a besos. Quiero reconstruirte entero con mis labios, con mis manos, con mi cuerpo y que te descubras los límites de la piel y te los vuelvas a olvidar.

Quiero que cantemos juntos, jugando a hacer duetos. Quiero que nos riamos hasta que se nos venzan las piernas y tirarnos en algún rincón a seguir riéndonos. Quiero leer a dos voces algo que hayas escrito vos. Quiero que me hagas cosquillas a los besos en la panza, en los hombros, a los costados del cuerpo. Quiero que nos sentemos en cualquier bar y pidamos un café. Quiero escucharte hablar durante horas, que me cuentes muchas cosas, que me regales instantáneas de tu memoria. Quiero que debatamos apasionadamente sobre el mundo y el futuro y las cosas que nos joden y las que nos ilusionan. Quiero escuchar tu risa, una y otra y otra vez. Quiero que nos pidamos un trago cada uno y sigamos conversando.

Quiero que me agarres fuerte de la cintura y prenderme a tu espalda y besarte un rato largo. Quiero que nos durmamos, exhaustos, en la mitad de un diálogo de locos. Quiero despertarme a la mañana siguiente, desorientada y feliz y escucharte dormir. Quiero preparar café y buscar algo para comer y dejar el mate listo, esperando el turno. Volver a vos, a mirarte abrir los ojos por primera vez en el día, a besarte los ojos con una sonrisa. Quiero que tomemos el desayuno desnudos, jugando, quiero que nos desayunemos. Quiero quedarme un rato más acurrucada en vos.

Quiero que metamos los pies en mi río o en el mar y sentir como se nos refresca el cuerpo. Quiero otro abrazo con los cuerpos tan juntos que no sepamos dónde termina cada uno. Quiero separarme de ese abrazo y sentir tu olor en mí. Quiero jugar a hacer sapito con las piedras planas y recordar que soy torpe y no me sale pero me divierte hasta el borde mismo de la ridiculez. Quiero que me muestres un cuadro que te encante y me hables de él mientras te espío los ojos de tanto en vez. Quiero que me cuentes historias inventadas con tu cabeza sobre mi ombligo desnudo mientras te mimo la cara. Quiero bailar descalzos y que te rías con ojos de criatura feliz. Quiero recorrerte la cara con la yema de los dedos, despacito, descubriendo el dibujo exacto de tus rasgos y tus gestos. Quiero que comamos bocados de cosas ricas picoteando a lo largo de todo el día.

Quiero que digamos que las cosas malas pueden desaparecer y que juguemos a creerlo por un ratito. Quiero tirarme boca arriba en una playa a mirar el cielo y que apoyes tu cabeza en mi pecho y mimarte la espalda suavecito y jugar con los pies en la arena. Quiero cebarte mates sentada chinito en el piso y darte besos en las rodillas mientras tomás. Quiero que descubramos, contentos y casi borrachos, que compartimos uno o dos sueños en dos volúmenes y eso nos parezca asombroso. Quiero que sientas que todo es posible. Quiero que te sientas habitante y habitado. Quiero que te quedes dormido y acariciarte la frente, despacito, darte un beso en el hombro izquierdo y dejarte descansar.

Y quedarme un ratito acurrucada a tu lado, tratando (inútilmente) de alcanzar las riendas con las manos.



martes, diciembre 09, 2008

Huellas

Él: estás exactamente igual que hace 10 años.

Ella: no creas, tengo siete lunares menos que la última vez que me viste desnuda.

Él: eso es un detalle, todavía te quedan muchos.

Ella: la falta de lunares no es un problema, lo que perturba es la suma de cicatrices.


domingo, diciembre 07, 2008

Máxima arbitraria 18




Un primer beso intencional en la comisura de los labios suelta, inexorablemente, las riendas de la imaginación
.



sábado, diciembre 06, 2008

De delirios y posibilidades

Que soy capaz de fantasear para mí misma cosas absolutamente improbables quedó clarísimo hace ya un tiempo. Hoy me supero a mi misma. De todas las posibles mujeres que hay en el mundo, yo quisiera ser de estas:

Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan


Joaquín Sabina
Mujeres Fatal | Esta boca es mía



Máxima arbitraria 17




Los hombres que acarician despacio la espalda, haciendo casi cosquillas logran que te crezcan las alas y te dejes flotar.




viernes, diciembre 05, 2008

Con nombre y apellido

Se iba a llamar Octavio o Francisco o Santiago o Teodoro o Malena o Catalina o Valentina o Ana. Le iba a cantar las muchas canciones coleccionadas y le iba a inventar disfraces y le iba a besar mucho las patitas y me iba a derretir con cada sonrisa.

Un día, hace más de once años tomó forma definitiva en mi cabeza. Tomaron, en realidad, porque un juego adolescente con un anillo de oro atado a un pelo mío moviéndose dentro de un vaso con agua hasta la mitad dijo que serán varón-nena-varón y entonces empecé a elegir nombre más concretos.

Durante muchos años fueron mi mayor propósito. Lo único de lo que estaba segura en la vida. De repente esa certeza me abandonó. Creo que fue una tardecita jodida a mitad de 2004, no estoy segura. Desde ese día (que es algún día de hace varios años) soy un desastre para todo (igual que antes) y para esto también.

Un lunes vuelvo a escribir los nombres y se me eriza la piel. A la mañana pienso que no, no ahora, no así. A la noche siento que nunca, que no puedo, que no soy capaz. Y un jueves elijo un apellido, un segundo apellido que les quede lindo. Si a la mañana digo que no quiero, a la tarde vuelvo a guardar juguetes que podrían gustarles. El viernes selecciono con cuidado la canción para todas las noches y la de cada mañana y una semana después vuelvo a sentir que sería muy mala madre, que no hay derecho.



No me explico como, siendo firme de convicciones, puedo ser así de insegura en algo tan fundamental.

¿A vos te pasó alguna vez?

jueves, diciembre 04, 2008

¿Venís?

Tengo ganas de estar en algún rinconcito cerca del agua. Un río, el mar, un lago y meter los pies en el agua fresca de la mañana y mojarme hasta apenas arriba de los tobillos y sentir que se me refresca todo el cuerpo.

Tengo ganas de que haya un poquito de viento que mueva las hojas y escuchar el zumbido de los árboles por la caricia y sentir que algunos mechones de mi pelo juegan a la medusa y que el vestido se me pega al cuerpo.

Tengo ganas de tomar jugo de naranjas recién exprimido y bailar canciones divertidas y tirarme un rato en una hamaca paraguaya y cantar en voz baja mientras se me aflojan los brazos y pararme otra vez y volver a sentir arena entre los dedos de los pies y reírme hasta que se me canse el cuerpo y moverme con la música un ratito más.



miércoles, diciembre 03, 2008

Tic... tac


Cadena perpetua colectiva al encierro dinámico. Una sola cárcel con tres barrotes desiguales. Sólo tres vigas que se encuentran y se rechazan sin soltarse nunca. En su dominio las vidas transcurren al compás de un sonido rítmico, marcado. Movimientos prolijamente sincronizados aún cuando parecen aleatorios. Millones de seres humanos en cautiverio inconsciente.

Notas musicales deambulando por un pentagrama guiadas por el zumbido acentuado de un metrónomo, masas humanas que se aglomeran y se dispersan a medida que la tierra rota. Desplazamientos calculados para cumplir con lo pactado. Horas, minutos, segundos... Vivimos creyendo controlar el tiempo. Por eso insistimos, ingenuamente, en dotar a los relojes de engranajes que nos permitan controlar esos tres barrotes incapturables.

martes, diciembre 02, 2008

Un reflejo de mí

Todos nos movemos por percepciones, por la impresión que nos queda de los otros, por conceptos y preconceptos. Así cada una de las personas que conozco y a su vez me conocen tienen una noción parcial y fragmentada de mí.

Para mis hermanos soy una amiga, para mis amigas soy compañera, para mis compañeros de trabajo soy un personaje. Hay quienes creen que no me tomo casi nada en serio y quienes creen que no tengo sentido del humor. Para la Abu soy una tierna en el fondo, para una de mis primas fui un modelo a seguir, para Hermana soy una mitad, según Hermano la tengo re clara, para Madre soy un despelote y para Padre un misterio. Así tengo al menos una opinión por cada una de las personas que integran mi vida.

La realidad es que yo, de algún modo, soy todas esas personas y ninguna y muchas otras más. Por eso cuando alguien en una reunión, en la calle, en un curso o donde sea me pregunta ¿vos quién sos? no me queda otra más que levantar los hombros, sonreir resignada y decir Café, Café con tostadas.






(si no entendés a que viene esta canción, leé los comentarios.
Me la presentó Mx hace un rato)

Y sea como sea... ¡vení a bailar!

lunes, diciembre 01, 2008

Musicoterapia

Terminar con mi trabajo, poner música en mis oídos, caminar cinco cuadras haciendo mímica de lo que escucho, disfrutar el viento fresco en la cara, subirme al colectivo, dormir dos horas seguidas, alegrarme de que el viaje a casa hoy dure 120 minutos, bajarme en una esquina familiar, pasar otra vez por esa plazoleta de la infancia, encontrarme con una amiga, preparar mates y retomar. Así remontó mi día. No es el mejor pero, como casi siempre, la música me ampara.



Se largan los mates, hay alfajores para acompañar.
¿Te sumás?

Y soñar

Levantarme, calzarme las pantuflas, ir hasta la cocina, preparar el café con leche, volver a la cama, tomar mi desayuno mirando cualquiera de las series viejas que repiten en las mañanas, acomodar las almohadas, taparme hasta la nariz, hacerme un ovillo en el exacto medio del colchón y dormir hasta que me despierte la sensación de molestia en el cuerpo por estar acostada. Ni el fresco ni la posibilidad de volver a los jeans ni el principio de diciembre me convencen. Hoy ningún motivo me resulta válido para despertarme y, sin embargo, acá vamos.



¿No prepararías vos las tostadas esta mañana?

domingo, noviembre 30, 2008

Máxima arbitraria 16




El peor momento de las relaciones forzosas es cuando esa otra persona cumple años y no tenes razones válidas para esquivar el almuerzo compartido.


sábado, noviembre 29, 2008

Máxima arbitraria 15



Si vas caminando bajo la lluvia con las sandalias en la mano y él viene mojado y con las ojotas colgando del dedo, la mirada va a subir desde los pies hasta los ojos y van a sonreirse, aún girando un poco la cabeza para verse pasar.



viernes, noviembre 28, 2008

Ella

Ella está de fiesta hoy. No es un día cualquiera. Parece un viernes más en la rutina de las semanas de locos que colmaron todo nuestro año. Parece el principio de otro fin de semana de horarios y cansancio. Parece un final de noviembre casi como todos los que compartimos desde que nos conocemos (y los de antes también). Sin embargo no es así, esta noche hay ceremonia y diploma y cena.

Nos cruzamos en un pasillo. Era improbable no vernos pero no nos vimos. Empezábamos la facultad y estábamos cada una en sus propios pensamientos. Casi nos chocamos en la puerta de un aula. Nos hablamos por primera vez. Cinco palabras de rutina y cada cual eligió un banco. Pasó esa mañana, pasaron cuatro días. Volvimos a dialogar en algún momento, charlas de ronda, de mucha gente desconocida, desorientada, entusiasmada y amontonada.

Ese viernes, cuatro días después, se acercó y me dijo vos y yo trabajamos juntas. Creo que le puso signos de interrogación pero, en realidad, estaba afirmando. Nos tocaba laboratorio de a dos y a eso fuimos. Cuando terminó la clase nos sentamos en una escalera a conversar. A los diez minutos éramos inseparables. Tan opuestas que, inevitablemente, nos íbamos a complementar. Era un viernes de principios de marzo de 2000.

Desde ese día hasta acá nos cambió la vida tantas veces que parece mentira. Durante un año y medio desayunamos juntas 4 días por semana, preparamos parciales y finales. Durante todos estos años salimos, entramos, bailamos, nos emborrachamos, fuimos a su casa, a la mía, compartimos las familias, los amigos, las historias. Teníamos algunas coincidencias en la vida sentimental que nos asombraban cada vez que comparábamos. Compartíamos una primera impresión errónea de la otra que se diluyó en diez minutos de charla.

Cada una se hizo amiga de las parejas de la otra. Lloramos hectolitros de lágrimas estando juntas. Nos reimos hasta el borde del desmayo. Escuchamos música, mucha música. Durante 15 días, preparando un final, cantamos a los gritos la misma canción (y ya no puedo escucharla sin recordar ese momento). Nos mantuvimos cerca, juntas, unidas a pesar de las distancias, los horarios, las penas, los desencuentros y la vida misma.

Hace 15 días me llamó por teléfono y antes de decir hola preguntó ¿el 28 de noviembre, estás? y yo dije estoy, sin saber ni siquiera de qué hablábamos. Y acá estoy. Tengo un bolso con mi mejor pollera, un collar por estrenar, los maquillajes en la cartera y una sonrisa que es mezcla de ternura y orgullo. Ella está de fiesta hoy... yo también.



jueves, noviembre 27, 2008

Máxima arbitraria 14



Cuando estás parada al lado de un hombre al que querés y él, de sentado, te agarra la mano y la sostiene contra su pecho es imposible no abrazarlo por la espalda y quedarte con la cara muy pegada a su cuello.

Al lado del camino

La pampa húmeda está radiante esta mañana. La lluvia de ayer, las nubes de hoy, los pocos rayos de sol buscando las rendijas del cielo, el maíz nuevo y verde creciendo con ímpetu, el aire nítido. Hace calor, sí, mucho pero de todos modos las primeras horas del día invitan a frenar el auto al costado de la ruta, bajo algún arbolito amigo e improvisar un desayuno ahí mismo.

Mates, algunas tortitas negras o medialunas o bizcochitos, los pies sobre el pasto apenas fresco, un poquito de viento que remueva el pelo y despeje la cara, esta luminosidad rara de la mañana que empieza, el horizonte tan lejos que la vista se distiende. Y quedarme ahí sentada, sintiendo el aroma particular de la tierra el día después de una lluvia intensa, acostada boca arriba con el campo en la espalda y las nubes en los ojos hasta que el sol me obligue moverme.



miércoles, noviembre 26, 2008

Lluvia

Ya nos tocaba entrar en la adolescencia pero todavía nos gustaba demasiado ser chicos. Nos vimos, nos saludamos, entendimos que nos tocaba convivir por unos 20 días y empezamos a jugar. Nos pasamos tres semanas trepando árboles, comiendo uvas chinche y molestando, sin querer, a los demás con un código interno que apareció espontáneamente. Tenía algo que ver con castillos de cartas y pitufos, todavía recuerdo la cara de los otros, tan ajenos a la diversión.

Nos reencontramos el verano siguiente. Poco habíamos sabido el uno del otro en tantos meses pero retomamos naturalmente los chistes y las canciones. Nuestros diálogos siempre estuvieron cargados de música. A lo largo de los años fuimos mechando Fito Páez con Ica Novo, una pizca de Los Redondos, un poco de Serrat, abundante Baglietto y así. Crecimos sin darnos cuenta, buscándonos una vez por año para pasar las vacaciones.

El cielo de tu ciudad siempre nos unió. Nos encantaba tirarnos en el bordecito de la terraza, la espalda contra el cemento (o algo así) todavía tibio de la tarde, a ver aparecer las estrellas o las nubes. En ese ratito, escapados de tu familia, prófugos del mundo, hablábamos de casi todo. Nos contábamos la vida de a 15 minutos. Nos sorprendíamos por algunas cosas que teníamos en común contra toda lógica.

Fuimos, durante mucho tiempo, amigos, hermanos, compañeros, primos cómplices, rivales y aliados un puñado de días por año. Después mutó el entorno, cambiaron los hábitos, se modificaron las rutinas y pasamos un verano sin vernos. Estuvimos casi dos años sin mayor contacto hasta que decidí escribirte. No tenía tu dirección, no eran tiempos de correo electrónico generalizado, no sabía dónde quedaba tu departamento de estudiante. Sin embargo, el caos de sucesos en mi vida me llevó, inexorablemente, a buscar calma en ese cielo, en esas charlas.

Envié la carta a la casa de tus viejos. Veinte días de silencio y una llamada. Alguien viajaba a mi ciudad y te habías colado, estabas llegando pero no habías podido ubicarme antes. Desarticulé mis planes de un plumazo, busqué mi llave y salí a tu encuentro. Otra vez retomamos como si nada. Otra vez hablamos durante horas. Otra vez nos despedimos con naturalidad. Me dejaste música de regalo, algo de Silvio que era tuyo pero querías que tenga yo.

Pasaron los meses entre cartas de ida y vuelta. Nos juntamos, otra vez, un verano en tu ciudad (o la que ahora es tu ciudad, tan próxima a la de la infancia). Recuerdo una noche de lluvia, recuerdo mi mano entre tus rulos, recuerdo tus ojos cansados, recuerdo partes de un diálogo, recuerdo un beso. ¿Será como en la película? preguntaste. ¿Será que las historias que empiezan con lluvia tienen final feliz? No lo dijimos en ese momento pero sabíamos que no, que iba a tener, simplemente, final.

Estuvimos juntos un par de días. El lunes, antes de subirte a un taxi me miraste a los ojos. Tu mirada siempre habló sola, la mía también. Si te hubiese gustado Drexler habrías entendido cuando te dije es lunes, de mañana, te di un beso más y nos fuimos.



Tenías razón, no hay recuerdos tristes entre vos y yo.

martes, noviembre 25, 2008

¿Desayunamos?

Tengo muchas ganas de un desayuno compartido, de despertarme con fiaca pero activa y preparar café con leche y hacer tostadas. Quiero sentarme chinito en el sillón y quedarme un rato largo charlando de pavadas sin sentido, de la vida, jugando a cambiar el mundo, hablando de las cosas que nos hacen bien, jugando a ser personajes de otra historia.

Quiero olvidarme de todo lo demás por un par de horas más y disfrutar del aroma intenso del café y del dulce de higos. Quiero la mezcla entre la bebida amarga y el bocado dulce. Quiero reirme con ganas y refregarme los ojos como una criatura. Quiero olvidarme por un rato del calor agobiante y escuchar tu voz pausada, de mañana temprano, llenando el espacio. Quiero despegarme del mundo un par de minutos más para disfrutar del momento exacto en el que empieza el día.

lunes, noviembre 24, 2008

Prontuario amoroso


Pasaron por mi vida, dejaron marca en mi memoria, en mis sensaciones. En cada oportunidad aprendí algo, aún aquellas cosas que hubiese preferido desconocer toda la vida. Ninguno fue tan cruel, a alguno ni siquiera le di chances. Nos encontramos y nos perdimos en distintos momentos de mi vida. Con más de uno nos hicimos compañía, con otros ni siquiera eso.

Mi legajo idílico tiene, en realidad, muchas historias escondidas. Recuerdos, fragmentos de mi vida, retazos de la que era, indicios de esta que soy. Cuentos de mis dolores y mis alegrías, crónicas de mis cicatrices y mis sonrisas. Algunas memorias encuentran palabras pero todas tienen número.

4 relaciones de pareja, 5 cuentos de un par de semanas, 6 relatos con besos y nada más que llenaron mi adolescencia, 2 personajes de esos que aparecen y desaparecen a lo largo de los años y así, rubro a rubro, podría incluir cada una de las historias que componen este prontuario amoroso. En algunos casos me animé a creer, en otros no encontré la forma, de todos queda una marca porque mi memoria es así. Rara vez recuerda dónde guardé la azucarera pero cuando archiva algo es inútil intentar olvidarlo.

cuántas veces cerca
cerca del amor
casi lo tocó y lo acarició
y casi estuvo cerca
de abrazarlo y se escapo
una vez estuvo cerca del amor
si es que estuvo cerca del amor

Pedro Guerra
Cerca del amor | Raices

domingo, noviembre 23, 2008

Máxima ajena


Todas mis máximas serán arbitrarias mientras no sea capaz de escribir así:


Hacerse amar por alguien y no dar el alma a cambio es, por cierto, una canallada.

Alejandro Dolina
Crónicas del Ángel Gris | Pactos diabólicos en Flores



viernes, noviembre 21, 2008

Música y palabras

Conozco gente que no lee, que no mira televisión, que no va al cine o a museos. Hablé con personas a las que no les gustan las papas fritas o el café o el mate amargo o el helado. Hay humanos a los que no les interesa la política o la matemática o la física pero no sé de nadie que no escuche música (aunque más no sea un ratito por día). Sucede que nos sobran los motivos para amar la música.

Seamos sinceros. ¿A quién no se le dibuja una sonrisa al escuchar esa canción? ¿a quién no se le amontona el alma en la garganta cuando piensa en aquellas pequeñas cosas? ¿cuántas veces nos invade la nostalgia de añorar lo que nunca jamás sucedió? ¿cuántas veces optamos por las mentiras piadosas? ¿quién no sintió, alguna vez, que no hacen falta alas? ¿cuántas veces podemos evitar una vorágine de palabras con un sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz?

¿Cuántas mañanas, después de callar el despertador, tenemos la certeza de que hoy no tengo fuerzas para subirme al mundo? ¿Cuantas veces al final de un inventario de reproches soltamos un y sin embargo te quiero? ¿Quién no sonríe cómplice al reconocer que sus amigos son unos atorrantes? ¿Quién no prepara una ofrenda para recibir a esos amigos que son lo mejor de cada casa?

Tantos hemos dicho yo dejo el tren en esta estación para después volver con la frente marchita y sabiendo que ya nada es igual. Tantas veces quise que sepas que no es fácil respirar el aire en que no estás e intenté explicarte que necesito más que palabras y que ojalá encuentres la forma de dejar un poco de luz al partir.

Muchas veces nos justificamos diciendo soy tan sólo el que soy y otras tantas quisimos responder a esa afirmación con un yo te quiero, como seas te habré de querer pero dijimos se tu para siempre, tu solo y adiós.

¿Quién no sintió que todo es desorden cuando esa persona se fue y diciendo adiós dijo que pena? ¿Quién, después de eso, no necesitó 19 días y 500 noches? ¿Quién no murmuró, alguna vez, vos me tratás como si fuera algo más que un ser?

Así la historia podría seguir durante horas pero, al final, así haga cinco o mil preguntas la conclusión sería la misma. Sin la música yo, al menos, estaría sobreviviendo al silencio o, mucho peor, al ruido...



Es la rumba y es el tango,
son el jazz y el rock and roll
un volcán de sentimientos
por donde habla el corazón.

Cuando el público se acerca
y se prende a las canciones
una magia misteriosa
se apodera del ambiente.

Música, música, música,
música y palabras
que se combinan en un diálogo
inédito y profundo.

Juan Carlos Baglietto y Silvina Garre
Se fuerza la máquina | Teatro Opera

jueves, noviembre 20, 2008

Va de nuevo

Cuando me duermo muy tarde y me levanto temprano, cuando el día empieza inmediatamente y no me da respiro, cuando se me enfría media taza de café con leche sobre el escritorio porque no logré terminarla a tiempo, cuando sé que la cosa va a seguir complicándose los próximos tres días (como mínimo), entonces, necesito frenar.

Un recreo de 5 minutos. Un momento para recuperar la sonrisa que quedó en las almohadas. Ahora cierro la puerta y empiezo a girar un ratito entre los papeles con esta canción y resurjo.



Vení, empecemos otra vez.
¿Querés un mate?

miércoles, noviembre 19, 2008

Partido de damas

La cosa fue así. Mate amargo, pororó recién preparado, fútbol y amigas. Nos sentamos las dos y miramos casi todo el amistoso Argentina-Escocia. Sí, nos perdimos el gol...

De la era Maradona, de tácticas y estrategias, de la formación y la mar en coche ya hablarán muchas personas que cobran por la tarea (y otras que no cobran pero saben más que yo). Lo importante en este momento es una serie de conclusiones a las que arribamos nosotras en el transcurso del partido y, especialmente, en el entretiempo.

1- Nos molestan profundamente las publicidades que ocupan la pantalla durante el juego, por eso nos sumamos al reclamo de Hermana y por unos meses no compraremos vino termidor ni motos guerrero ni diario olé ni trabajaremos con standard bank (entre otras que ahora olvido)

2- No puedo evitar reirme cuando el relator dice la cambia toda

3- Mi noción y ejercicio de la fidelidad llegan a límites insospechados

4- Si un hombre nos queda por debajo de la línea de visión pierde automáticamente la categoría hombre

5- Cuando no está el Cuchu en la cancha me gusta menos mirar los partidos

¿Quién dijo que las mujeres no sabemos mirar fútbol?

Fiesta de disfraces


Por una anécdota de A


Cuando, en determinado momento, me acerco despacio y te pregunto al oido ¿qué preferís, la pollerita tableada o la chaqueta blanca? Que pienses que hablo del carnaval... molesta (y desanima)

martes, noviembre 18, 2008

Máxima arbitraria 13



Cuando
esa persona está triste y vos te morís de ganas de agarrarle la cara con las manos y darle muchos besos en los ojos y en la frente, entonces, admitilo, ahí hay mucho más que cariño.


Cercanías

Mientras existan las distancias aparecerán los humanos intentos por acortarlas.



Dicen que la era de la comunicación nos incomunica. Es un debate largo que hoy no puedo dar. Será que no siempre estoy tan convencida.

Ayer, una persona prácticamente desconocida de la que me separa un océano llegó a mi casa, de alguna manera. No entró por la puerta, no se sentó a mi mesa, no tomamos café charlando de la vida pero vino, de todos modos.

Por la tarde, al llegar, encontré un sobre especialmente decorado en mi escritorio. Tiene dos direcciones que en el mapa están muy lejos pero la voluntad de acercarnos las anotó en un mismo papel. A veces, quienes menos esperamos pueden alegrarnos una jornada y quizás más.

Contra la torre de Babel tendemos puentes
lazos que invitan a entender

Nos abrazamos, nos recibimos
Nos encontramos, nos definimos
Contra la torre de Babel señales de humo
una botella y un papel

Nos escuchamos, nos decidimos
nos rescatamos, nos escribimos

Pedro Guerra
Babel | Ofrenda

Gracias Ada, mejoraste mi día.

lunes, noviembre 17, 2008

Dicotomía

El mundo despertó hace un rato ya y sigo sin ganas de subirme. No es pena, no es la fiaca del lunes, no es sueño ni resaca del fin de semana ni ninguna de las causas habituales por las cuales puedo no tener intenciones de empezar a moverme. Es una contundente división entre la lógica y el anhelo.

Él cumplió años. Hubo fiesta, música, comida, brindis, familia, amigos, cotillón, luces y todos los ingredientes necesarios. Ella y él son ellos desde hace más de 35 años. Esa noche llegaron juntos, comieron uno al lado del otro, bailaron de la mano y se cantaron mutuamente. Mientras tanto, hubo miradas, sonrisas, caricias, gestos... Ella y él todavía se quieren, todavía se eligen, se acompañan, se toleran, se enojan y se amigan, se escuchan y se festejan, se abrazan y se olvidan de todo.

Entonces, pienso, existe esa posibilidad. No es perfecta. No es ideal ni irreal. Puede haber en el mundo una persona con la que queramos estar a pesar de todo. Y renegar por las cosas cotidianas y cansarnos, a veces, de la rutina y los platos por lavar y la ropa y el patio y el perro y los hijos y el trabajo y los horarios y los gustos diferentes y los planes para las vacaciones y las miles de cosas con las que y por las que nos enfrentamos todos los días. Y, sin embargo, querer viajar juntos y dormir y despertarnos uno al lado del otro y cantarnos y bailar y celebrar una noche así, un noviembre nuevo, 35 años después.

A veces pienso que estoy a salvo de esos anhelos, que mi razón es más fuerte, que la noción matemática de las probabilidades cercanas a cero me calma. Otras veces entiendo que acá no juega la razón, que es otro partido. Entonces no quiero subirme al mundo. Me dan ganas de sentarme en una plaza, con los pies en el pasto fresco de la mañana a tomar mates y creer que es posible encontrar alguien con quien bailar lo que sea pero hoy, especialmente, esta zamba que extraño desde hace ya un rato.




Para bailarla hay que estar
como locos de enamorados
;
mirarse a los ojos y ofrendarse
un corazón desnudo y luminoso.

Y en la vuelta va a tener un truco
pa' que no se pueda bailar sin amor

para que algunos se diviertan
y otros cuenten los compases
y después de pasar por ahí va a volver
a ser zamba como las de antes
para mi amor voy a hacer
una zamba como las de ayer.

Ica Novo y Dúo Coplanacu
Como las de antes | Córdoba

sábado, noviembre 15, 2008

Máxima arbitraria 12


es doble y conjunta con ¨


Un buen varón no besa mujeres borrachas.

Una buena mujer no se hace la borracha para conseguir un beso.



viernes, noviembre 14, 2008

De sueños y limitaciones



Me encantaría ser la Lucía de Serrat o la Yolanda de Pablo Milanés o la Catalina de Pedro y Pablo o tantas otras mujeres así. Me intriga saber cómo es generar esos sentimientos y sensaciones en hombres capaces de expresarlos de esa forma, tan simple, tan sincera, tan perdurable.

Sé perfectamente que no es posible. Lo asumí el mismo día que acepté que no seré una de las personas que cambien la historia de la humanidad, por allá por esos años en los que reconocí que voy a ser otro más de los comunes mortales de este mundo y me tranquilicé conmigo.

Sin embargo, así como aún juego a que seré Emperadora del Mundo Todo, también sueño con ser, un día, una mujer así.

Mentiras piadosas

Él: No, disculpame... ¿cómo me voy a acordar de llamarte, hermano? ¡Si estoy viajando al lado de una mujer linda, dulce, simpática y conversadora que me ceba mates! Pero claro, a ver, para que me creas, voy a dejar que te diga buen día...

Café: Hola, buen día...

Él: ¿Escuchaste? Bueno, es mucho más linda que la voz que te saludó...

Esta mañana Miguel manejaba el colectivo. Sucede que a las 7 de la mañana pierdo la objetividad y ese comentario me hace reir a carcajadas. Así vale la pena empezar un viernes, especialmente si al bajar del coche, mi mp3 empieza la lista con esta canción...

jueves, noviembre 13, 2008

Máxima arbitraria 11




Algunos hombres le piden a un amigo que compre la ropa interior y la lencería para regalarle a su pareja. Existen, lo sé de buena fuente.


miércoles, noviembre 12, 2008

Dejar el corazón latir.

Me desconcierta la gente que no baila.
En realidad, me aburre y me cansa.
Y no hablo de ser campeones mundiales de baile de salón, ni siquiera de la fiesta familiar.
Hablo de la vida.



Bailo cuando estoy cansada, contenta, dormida, triste, feliz. Bailo cuando recién salgo de la cama, mientras tomo el café, esperando el colectivo, cuando cocino, en mi trabajo, en la oficina, en casa, en otras casas, en la cola del banco, en una fiesta, a la orilla del río. Bailo lo que esté sonando por afuera o por adentro de mi cabeza. Bailo folklore, salsa, rock, murga, vals, merengue, mambo, tango, bolero, cuarteto o lo que sea.

No bailo bien pero lo hago igual.
No es una cuestión de excelencia, es un modo de andar.

martes, noviembre 11, 2008

Help!

Empecemos con música.


La vacaciones son inminentes. Anoche tuvimos reunión telefónica de mujeres para planear nuestro enero. En algo estuvimos de acuerdo, necesitamos llenar de música, como mínimo, 4 horas que serán las que estemos todas juntas en el auto de un tirón. Empezamos la labor pero me toca a mi terminarla.

Por el momento van a ser cuatro discos. El primero, el más avanzado, se llamará Mujeres al volante. Las canciones seleccionadas hasta ahora son:

If it makes you happy - Sheryl Crow
Bye, bye - Jo dee Mesina
Man! I feel like a woman - Shania Twain
I'm a bitch - Meredith Brooks
Like a virgin - Madonna
I touch myself - Divinyls
One way or another - Blondie
Tell me - Madonna
These boots are made for walking - Nancy Sinatra
Girls just wanna have fun - Cindy Lauper
One hand in my pocket - Alanis Morissette
Where have all the cowboys gone? - Paula Cole
Not bad for a bartender - Gretchen Wilson
Y wanna dance (with somebody) - Whitney Houston

De los otros tres discos sólo hemos decidido los nombres y alguna canción orientativa.

Haceme los coritos
Mucho más fuerte - Charly García
Somebody to love - Queen

Mentime que me enCanta
To love somebody - Blue Rodeo
Contigo - Joaquín Sabina

Bailalo con las manitos
Perhaps, perhaps, perhas - Lila Downs
A pedir su mano - Juan Luis Guerra

Tenemos gustos muy variados, desde folklore hasta reggae pasando por cuarteto y las canciones Tarkan (?) me habilitaron todas las opciones. ¿Me ayudás?

Después



Duele un te llamo y el silencio,
duele un sms sin respuesta
y cómo duelen, bonito.

Duelen en la cabeza, en las sensaciones, en el cuerpo...

Hasta que dejo es esperarlos y el dolor empieza a menguar.


lunes, noviembre 10, 2008

¿Querés?

Quiero estar descalza sobre un piso de baldosas frescas. Quiero ponerme una pollera cómoda y de colores y una remera liviana. Quiero tener en una mano una taza de café negro, cargado y fuerte. Quiero tener el pelo suelto y alborotado, como de recién levantada. Quiero que empiece a llover y ver la lluvia desde una galería. Quiero que, de a ratitos, el agua me salpique los pies. Quiero bailar esta canción hasta que se termine mi café... y volver a empezar.


domingo, noviembre 09, 2008

...

con título de ¨.


Y las tiramos, otra vez, al tintero. Frase trillada si las hay pero esa situación se repitió tantas veces entre nosotros que es hasta lógico recurrir a una seguidilla de palabras gastadas.

Nos conocimos desde tan chicos y tuvimos los tiempos tan a contramano toda la vida que nos costó encontrar el momento para hablarnos el mismo idioma. Todavía nos cuesta, sólo que por ahora dejamos de probar.

Si lo hubieras dicho hace 6 años, casi me reclamaste 730 días atrás. Si me hubieses mirado a los ojos esa noche, contesté. Después, este silencio.

No supimos hablarnos, no supimos mirarnos y sin embargo crecimos tan juntos, tan cerca y tan lejos, tan compañeros y tan extraños, tan conocidos y tan ajenos. Quizás es lógico, habiendo compartido tanta vida, que queden palabras en suspenso.


Sé que nos vamos a juntar otra vez.
Supongo que estaremos en momentos diferentes aunque similares.
Sospecho que seguiremos apilando palabras no dichas.

sábado, noviembre 08, 2008

Máxima arbitraria 10



Cuando tu jean de diva, ese que además de quedarte muy cómodo te calza genial y roba miradas y piropos, decide abandonarte y te lo demuestra con un tajo de costura a costura en la
alta pierna, te sentís horrible por un ratito.


viernes, noviembre 07, 2008

Que manera de querernos

Eras chileno radicado en Córdoba desde los 6 años. Tenías (probablemente todavía tenés) todas las señas particulares del tipo cordobés. La sonrisa natural, la tonada insuperable, ese lunfardo especial gestado en esa zona, el amor irreemplazable por las sierras, la cadencia justa para el cuarteto, frases graciosas y una facilidad increíble para hacerte querer.

Nos conocimos de casualidad en un boliche. Vos trabajabas ahí ese verano, yo bailaba todas las noches de mis vacaciones en esa pista. Sin embargo encontrarnos fue casual. La primera vez que nos vimos, vos con tus compañeros y yo con mis amigas, hablamos poco y tomamos mucho. Después confesarías que intentaban emborracharnos, después recordarías que no tuvieron éxito.

La noche siguiente terminó a las 11 de la mañana, a la orilla del río, abrazados y a los besos, queriéndonos sin saberlo. Dos horas más tarde se terminaban mis vacaciones, treinta minutos antes me pediste un teléfono. Imposible negartelo. Te dije, antes de irme, el fijo de mi casa con característica y todo. Empezaba un mediodía de principios de febrero y, entre familias de turistas y humos para asados, dicté 11 números al aire y me fui.

Compartimos, de cerca y de lejos, casi dos años. Nos llamamos, nos encontramos, nos enamoramos como si fuese fácil. Tan fácil como era todo entre nosotros. La primera vez que me llamaste me dijiste quiero verte y yo respondí vení. La segunda vez que hablamos me dijiste llego a las 5:30, ¿me esperarías en la terminal?. Habían pasado 15 días de nuestra mañana.

Muy pocas veces usamos la palabra novios, éramos vos y yo.

Nos reimos, mucho. Planeamos miles de cosas y concretamos sólo algunas. Fuimos compinches, compañeros. Mis amigas te adoraron, tus amigos me quisieron. Nuestras familias nos adoptaron. Fuimos y vinimos, recorrimos kilómetros, recorrimos sentimientos y sensaciones, nos recorrimos el cuerpo. Jugamos, paseamos, trabajamos, cocinamos, comimos, dormimos, tuvimos sexo (del bueno). Nos enseñamos el uno al otro, nos reconocimos, nos descubrimos, nos quedamos sin aire, exhaustos, felices. Discutimos poco, nos dijimos muchas cosas, nos hablamos con canciones...

Vos


Yo


Hace 5 años nos besamos por última vez.
Hace 5 años dijimos basta.

jueves, noviembre 06, 2008

Sed

No en tono imperativo, no de deber ser sino de ganas, necesidad, apetito o deseo. Esa sed que no se calma con agua marina.

Abrí los ojos con esta canción, una maravilla despertarse. Vení, sentate, esperá que te traigo un café, escuchemos esta canción y después... después que se venga el día.



Marina, sólo por tu lengua blanda
volvían la tormenta y la ceguera;
caía un cielo blanco por tu espalda
y en los destellos de tu cabellera.

Marina pintaba las aureolas duras,
maduras y jugosas de saliva;
ardía brillante y rojo en la espesura,
hendidura profunda que latía.

Y saltaba el mar y fluían las laderas
y las dunas navegaban mar afuera.
Cuando el viento norte izaba las culebras
yo volvía deshecho, escoria en la marea.

Sismo, terremoto, cataclismo, peligroso
ritmo, maremoto en el abismo tenebroso.

El que jamás te ha visto no se imagina
una líquida luna en una salina
ni un diminuto mar que nunca se termina.
No se calma la sed con agua marina.

Marina por cada labio me ponía
un vértigo de océano en la boca.
Me hundía con mi esperanza hasta la sima
y me iba cuerpo al mar en cada gota.

Marina, mejor que no te cruce ahora,
espejismo del mar en la llanura;
podría arrastrarme el canto de las olas,
farolas de tu pecho y tu cintura.

Y saltaba el mar y fluían las laderas
y las dunas navegaban mar afuera.
Cuando el viento norte izaba las culebras
yo volvía deshecho, escoria en la marea.

Sismo, terremoto, cataclismo, peligroso
ritmo, maremoto en el abismo tenebroso.

El que jamás te ha visto no se imagina
una líquida luna en una salina
ni un diminuto mar que nunca se termina.
No se calma la sed con agua marina.

Jorge Fandermole
Marina | Navega

miércoles, noviembre 05, 2008

Máxima arbitraria 09



Cuando finalmente le decís que te encanta, después del rato de insana vulnerabilidad, sentís mucha calma y ya no querés controlar los besos, los abrazos, los mimos y las palabras bobas que te salen a borbotones.



Un regalo para mi




Yo sé que hacer regalos es complicado, por eso siempre te digo más o menos que me gustaría recibir. Entonces, romper el papel y encontrarme con el libro que pidió Hermana... duele (y gana el premio al peor regalo en todas las rondas de mujeres)


martes, noviembre 04, 2008

Máxima arbitraria 08




Cuando un hombre te encanta te sentís imbécil si no le contás lo que te pasa pero insanamente vulnerable al instante de haberlo revelado.




Fantasías animadas

Algo extraño en el cielo de la mañana sacó a la niña del fondo de mi cabeza. Mirando una nube particular resonó en mi memoria La historia sin fin. Recordé esa película de mi infancia casi como si no la hubiese olvidado. Lo cierto es que no logro juntar más de dos o tres datos poco relevantes. Un gigante perro blanco que volaba, un par de personajes peculiares y el avance de la nada. Inmediatamente, cual reacción en cadena, apareció otro film de mi niñez. Laberinto. Un relato lleno de fantasía y complicaciones.

No hay ninguna particularidad en que recuerde esas películas. Supongo que cualquier persona de mi edad ha visto esas mismas escenas y también guarda algunos flashes en el fondo de la memoria. Sin embargo, esas historias me trajeron a la Flaqui. Lo cierto es que, pequeña como era, no podría haber disfrutado realmente de toda esa fantasía si no fuese por que ella me leyó, con paciencia e histrionismo ilimitados, todos los parlamentos de cada uno de esos videos una y otra vez.


Hay en el mundo personas adorables. Cuando una de esas personas es tu hermana mayor crecer es algo extremadamente feliz.

lunes, noviembre 03, 2008

Conclusiones dominicales

1- Terminar un viernes complicado jugando cual criatura con una nena de 3 años me pone de excelente humor.

2- Si pasa 5 minutos por casa a verme y no quiero perderme en su abrazo no hay nada por revivir.

3- El olvido será más largo que el amor pero no es infinito.

4- Lo bueno de que haga calor es que inauguramos la temporada de pileta.

5- Evitar una fiesta de sábado a la noche porque estoy cansada de colectivos es un claro indicador de que debo reorganizar mi vida.

6- Pasar casi todo un fin de semana solos mi papá y yo es un verdadero placer.

7- Mirar fútbol, rugby, rugby, fútbol, tenis, fórmula uno y fútbol me remontó a los años en que veía muchos deportes.

8- Almorzar, con mi papá, asado, ensaladas y papas fritas un domingo es una verdadera fiesta.

9- Si durante el domingo se me ocurren varios SMS para una misma persona, lo más lógico sería enviar, al menos, un correo electrónico.

10- Cuando resuelvo encender la pc para mandar el correo desde casa ajena seguro el vecino apagó todo en ese instante y no tengo wifi.

De todos modos, la revelación más importante de todo mi fin de semana es ésta:
¡Necesito sobrinos! Los quiero ya.

sábado, noviembre 01, 2008

Inevitable

Tené cuidado. Si seguimos así, eventualmente, voy a dejar de preocuparme por vos.

Entonces, uno a uno, cada cual en su tiempo, se convirtieron en simples recuerdos.

viernes, octubre 31, 2008

Esquivando la pena máxima



No, no, no... los correos los toleraba apenas. Los sms te pedí expresamente que los evites. Después de esa charla no volví a dirigirte una palabra de ninguna manera. Las flores me enfurecieron. ¿Ahora bombones? ¿Otra vez a mi trabajo?

Que abuses de mi paciencia es desconsiderado. Que seas incapaz de ubicarte un poquito alguna vez y no te importe arruinarme un día contento... exaspera


De autos y el primer beso.

Él: Es acá, me encanta este lugar...

Ella: A mi también pero porque en este lugar me dieron mi primer beso.

Él: ¿En serio? que casualidad.

Ella: Era tan inocente, creía en el amor para toda la vida...

Él: No dejaste de creer en el amor si después de tantos besos todavía te acordás del primero.



Hoy no hablo de las teorías del primer amor, de no saber lo que puede doler, de querer sin barreras ni cicatrices. En otro momento, si junto ganas y la memoria me ampara, relato recuerdos de muchos años. Demuestro como uno puede dejar de amar pero no olvidar, como deja de doler pero quedan marcas, como cambiamos pero seguimos iguales...

Hoy, la persona que me dio mi primer beso cumple años. Yo soy de las que escuchan y arman bases de datos. Hay detalles que no se borran (para bien o para mal). Paradójicamente, como si todo indicara que uno sigue en movimiento constante, hace un rato saqué mi carnet de conductor... No pude no recordar esta publicidad.

Ella: Pero mirá como terminé

Él: Si ya terminaste, entonces podés volver a empezar...

Diez años

Hace exactamente 10 años este día caía sábado. Entonces, pienso, debo haberme levantado mucho más tarde que hoy. Hace una década, en un par de horas o recién a la tarde (quién recuerda) nos íbamos a encontrar. Habíamos quedado en vernos (eso sí lo recuerdo), como si fuese cualquier otro día, cualquier otro sábado. Olvidé la ropa pero no olvido la tarjeta (o debería decir carta). Sé que hubo más gente pero el lugar se me escurre de la cabeza. Recuerdo el regalo pero olvido la cena.

Hace exactamente 10 años atrás vos cumplías dieciocho años.
Hace exactamente 10 años atrás yo empezaba a desenamorarme de vos.



No supimos hacerlo en colores pero lo intentamos.
Feliz cumpleaños criatura

jueves, octubre 30, 2008

Impulso homicida




Si no hay onda recibir flores molesta. Ahora, si encima de ser un ramo inocultable lo enviás al lugar donde trabajo... enfurece.


miércoles, octubre 29, 2008

Máxima arbitraria 07




Si un hombre al que querés te acaricia la cara con las dos manos, despacio, dibujando tus rasgos con la yema de sus dedos logra que, al menos por esos instantes, creas en el amor.


Mejor ni hablemos de amor



Reforma sí, reforma no, ese es uno de los temas del momento. Terminé mi jornada de ayer incorporando elementos acerca de la Constitución Provincial de Santa Fe. Está desactualizada, eso lo sabía. Es del año 1962, eso también lo sabía. Desconocía que, en realidad, es demasiado similar a la constitución italiana de 1947. Eso me sorprendió. Viejas estructuras, proyectos nuevos o reflotados. Nuestra provincia tiene grandes decisiones por delante.

En el viaje escuchamos radio. Más dilemas. General Motors, los despidos, las exenciones fiscales, los compromisos de algunos senadores, las sospechas de dinero por debajo de la mesa, los problemas de los trabajadores, las más de 500 personas que recibieron, repentinamente, un telegrama. El mercado por sobre la sociedad, la sociedad primero, en qué lugar el Estado. Más decisiones grandes por tomar.

Los municipales de Santa Fe insisten con el paro. Ayer y hoy, 48 horas más de reclamos. Ellos aseguran que no aceptarán un aumento menor al exigido. Los intendentes y presidentes comunales afirman que no es posible de momento. Fondos provinciales, coparticipación nacional injusta, pactos fiscales, país federal sí o no, autonomía local. Autonomía de derecho y de hecho. Conciliación obligatoria, pago de la jornada sí o no. Siguen las decisiones.

En el país empezó el debate por el sistema previsional. Oficialmente, en la Cámara de Diputados. Proyecto oficial, sí o no. Proyectos propios, sí o no. Sistema público, privado, mixto. Intangibilidad de los fondos. Haberes mínimos, ajustes, 82% del sueldo básico. Ley sí, ley no. Riesgos, análisis, opiniones, posiciones, posturas, debates, ideas, palabras. Decisiones, más decisiones.

Sin embargo, en la televisión, en los diarios, en la radios, en los portales de internet, en la mesa de casa, en el mostrador de la panadería, en la cola del banco, en la puerta de la escuela, en los pasillos de la facultad, en la cocina del trabajo la palabra más pronunciada en las últimas horas debe ser Maradona. El 10 sí o no. Aparentemente, esa es la decisión.

Más allá de la política, más acá del fútbol, justo en la vida de cada uno, ¿tomamos las decisiones o las tapamos con algún tema colorido e intrascendente? Los argentinos, ¿tenemos el gobierno que merecemos?

humo
la sensación de que dicen el todo
y es sólo un mendrugo
como un escudo que frena el empuje
como una brizna que ciega los ojos
como el decoro insondable del hule
detrás
detrás del humo
verás
todo lo que importa

Pedro Guerra
Humo | Vidas

martes, octubre 28, 2008

Propiedad conmutativa

El mundo se divide entre los que hablan y los que escuchan.

Conozco gente que tiene una facilidad asombrosa para hablar de si misma. Personas que no tienen grandes frenos, que son capaces de exteriorizar sus estados de ánimo sin paredes ni pudores. Son los que insultan a viva voz, los que lloran desconsoladamente, los que tienen un mal día manifiesto, los que cantan, bailan, silban, sonríen de modo evidente cuando están felices.

Habemos otros humanos a los que demostrar la sensación exacta en el momento preciso nos resulta mucho más complejo. Necesitamos un clima más propicio, más intimidad, más confianza. Tampoco vamos a ser extremistas y decir que jamás se nos nota una emoción momentánea pero lo cierto es que hay que prestarnos más atención para descubrirlas.

Los que somos menos espontáneamente demostrativos creemos que todo el mundo tiene indicios poco evidentes de lo que sucede. Entonces andamos por la vida escudriñando al interlocutor. Archivamos las frases, las fechas, los gustos y demás de la otra parte para armar una sólida base de datos que nos permita dilucidar, en otro momento, cómo está esa persona. Escuchamos atentamente cada palabra y le damos valor, mucho valor... demasiado.

La gente que habla vuelve las cosas más sencillas. Dice lo que necesita cuando lo espera, cuenta lo que siente cuando sucede, aclara lo que ofende cuando duele y calla lo que no interesa cuando es irrelevante. Si todos fuésemos así no harían falta las bases de datos. Cada uno diría, el día antes de navidad, yo prefiero ensalada de frutas en vez de esperar que otros lo recuerden. Anunciaríamos nuestros cumpleaños durante la semana previa y vociferaríamos qué posibles regalos nos harían sentir bien y así con casi todas las cosas importantes de la vida.

Tengo una muy buena amiga con la que nos conocemos profundamente desde la segunda charla. No sé cómo lo hacemos, ella tampoco. Lo cierto es que sin siquiera vernos, sabemos cómo estamos. Ella sabe cuándo necesito descomprimir, yo recuerdo las cosas que ella no debería olvidar. Ella me pelea por nimiedades y de manera idiota cuando tengo un día terrible (finalmente exploto y descargo todo aquello que me molestaba), yo le ayudo a mantener el equilibrio en sus relaciones con las otras personas.

Ella es de las que hablan, yo soy de las que escuchan. Cuando estamos separadas nos cuesta mucho mantener la perspectiva. Cuando nos juntamos logramos un equilibrio dinámico difícil de igualar. El mundo se divide entre los que hablan y los que escuchan. El mundo se armoniza entre los que escuchan y los que hablan.

lunes, octubre 27, 2008

Chamuyos famosos

Me despertó esta canción. Me trajo recuerdos.



Año 1999. Boliche en mi ciudad natal. Grupo de amigas. Recital de Los Caballeros de la Quema. Después, noche habitual. Sobre el final, 3 de nosotras ya de salida. Flaco extraño que se acerca y se para frente a Hermana. Hermana, que siempre tuvo un malhumor envidiable para estas cosas, intenta esquivarlo. Flaco la toma del brazo. Diálogo:

Flaco: quedate.
Hermana: ...
Flaco: ¿vos sabés quién soy yo? soy el bajista* de Los Caballeros.
Hermana: si, y soy Madonna.

Esquivamos. Salimos. Nos fuimos.Ni siquiera nos reimos. No podés encararte una mina con esa línea, no da.


O hay demasiadas groupies o este flaco era muy idiota.


* podría ser otro "caballero", el ruido hizo interferencia, pero sí era un integrante de la banda.

domingo, octubre 26, 2008

Dejate de joder




Después de una charla de no quise, no quiero y no voy a querer nada con vos, después de un mes de correos electrónicos y sms no respondidos, que me despierte un mensaje tuyo a las 9 de la mañana de un domingo ya no asusta... enoja.


viernes, octubre 24, 2008

Máxima arbitraria 06




Lo que sentís por él se define cuando lo mirás, sin que sepa, haciendo lo que más le guste.


Como el chiste de cocacola

Si tenés un blog pueden pasar 2 cosas: que sea privado o que sea público.

Si es privado no pasa nada pero si es público pueden pasar 2 cosas: que permitas comentarios o que no lo permitas.

Si no permitís los comentario no pasa nada pero si los permitís... entonces dejate de joder.

No pongas la opción de moderarlos y sacá las letritas de comprobación.Es molesto, muy molesto tener que tipear letritas de comprobación y es feo cuando escribís algo y no aparece y chau posibilidades de interacción entre comentaristas. Tanto que, por lo general, los lectores nos desanimamos.