martes, septiembre 16, 2008

Como en el cine

Me levanté muy temprano y me fui a tomar el colectivo. La idea era dormir durante 1 hora de viaje pero el destino no quiso. Cuando el coche llegó a la parada en que yo subo ya estaba lleno. Entonces, quedé sentada al lado del chofer. El colectivero dedicó los primeros 20 minutos del viaje a despotricar contra los pasajeros (al cuarto viajero que subió después que yo, ya le estaba dando la razón) pero... (y después del pero, en este caso, viene lo bueno) después habló durante más de media hora de su vida sentimental. Ya sé, en principio la perspectiva suena casi aterradora.

Fue así, con un comienzo triste y un medio trágico llegamos al final feliz. El señor está enamorado. Tanto que no puede dejar de contarlo y lo narra con tantas ganas que me bajé con la sensación de haber mirado una comedia romántica. Caminé por Santa Fe con una sonrisa en la cara y las ganas de creer que en el mundo, realmente, hay un roto para cada descosido.

Para la gente que lo siente y lo cuenta, para Miguel, que hizo que mi viaje sea como ir al cine... salú

2 comentarios:

Dago dC... dijo...

¡Qué tierno..!

Café (con tostadas) dijo...

Hola!

Dago dc: es un divino! es el mismo de la frase pensamientos matinales

Saludos!