Interpelativa

¿Por qué hay tanta crueldad por ahí? ¿Por qué a demasiada gente le parece más fácil esconderse que dar batalla por aquellos a los que quiere? ¿Por qué hay tanto humanoide que no lo piensa dos veces antes de lastimar a quienes lo quieren? ¿Por qué la primera explicación que se les cae de la boca al momento de reconocerlo es lo hice por vos? ¿Por qué tantos prefieren agredir al que mejor los trata y preservar al que les grita más fuerte? ¿Por qué lo que opinen aquellos que no les merecen respeto desdibuja el valor de las personas que dicen apreciar? ¿Por qué parece más fácil seguir tirando de la soga de quienes los cuidan en vez de poner los puntos sobre las ies de quienes los dañan? ¿Por qué siempre eligen agredir al que va a masticar dos veces la respuesta en vez de escupírsela directo a su ego? ¿Por qué hay gente que sigue estando a pesar de esas cosas? ¿Por qué hay tantas personas que no encuentran el modo de hacerse valer? ¿Por qué el maltrato o destrato de alguien a quien respetamos nos agrede tanto? ¿Por qué hay quienes lastiman a sabiendas? ¿Por qué hay gente que miente descaradamente? ¿Por qué existen aquellos que ven a sus afectos dolerse día a día por sus mentiras y no se les mueve una sola fibra de conciencia?

¿Por qué carajo hay tanto cobarde por el mundo?



Cuando las cartas salen malas
y van los dioses a lo suyo
cuando la luna es un anuncio de neón
cuando el silencio te acorrala
y te hipotecan el orgullo,
cuando el crepúsculo te pega un bofetón,
cuando las calles se amontonan
cuando los sueños se marchitan
cuando el teléfono se olvida de sonar
cuando las drogas decepcionan
cuando la sangre se encabrita
cuando los bares coleccionan soledad.

Y demasiadas pocas veces se merece
a vida una canción
y demasiadas madrugadas amanece
nublado el corazón
y demasiadas noches paso
durmiendo solo al raso
bajo el reloj de la puerta del sol
con un frío del demonio
preguntándole al otoño
quien le puso ese nombre de estación.

Cuando se afilan las navajas
cuando conspiran los espejos
cuando enloquecen las agujas del reloj
cuando se rompen las barajas
cuando los niños nacen viejos
cuando la carne sabe a carne de cañón
cuando los ángeles blasfeman
cuando las cartas llegan tarde
cuando la aurora es una nueva decepción
cuando los besos envenenan
o cuando llueve en Buenos Aires
cuando se pone el sol en la imaginación

Juan Carlos Baglietto
Como la lluvia en Buenos Aires | Luz quitapenas
LyM: Joaquín Sabina