lunes, marzo 19, 2012

Pavura

Preferimos el enojo o las penitencias autoimpuestas. Somos capaces de elegir la culpa con tal de conservar esa ilusoria sensación de potestad, de poder hacer algo, de tener en nuestras manos la alternativa de la acción. Nos cuesta todas nuestras energías dejar de dar una batalla inútil, abrazar la noción de que no queda nada por hacer excepto seguir respirando, acompasadamente, llenar los pulmones de aire, vaciarlos y volver a empezar. Una y otra y otra vez. Continuar las idas y vueltas rutinarias de nuestros días. Comer, dormir, andar, hablar. Lo mínimo, apenas lo suficiente como para no alejarnos tanto de la persona que solemos ser. A veces no hay nada más que eso por hacer. Dejar que el dolor nos duela en el cuerpo y no negarlo, no taparlo, no enmascararlo.

Pero uf,
que difícil es vencer el miedo de enfrentarnos,
desacorazados,
a nuestra propia pena.


7 comentarios:

Cintya Posse dijo...

No sé qué decir.

Increíblemente, cuando tenes días malos, yo también los tengo y cuando tenes días hermosos, por acá también estan.


Arriba querida, que es un lindo día y puede mejorar!!

Co dijo...

Por primera vez me quedo sin palabras ante tu relato. Realmente, lográs transmitir la sensación, la pena, la pavura.

Ojalá eso pase pronto.

besoteee

Sofi Mai dijo...

Que extraña manera de estar acompasadas... llueve y en casa las cosas están complicadas y estoy escuchando música tranqui para que la melodía se lleve un poco de mi propia pena, que se acentúa con la noche...


Ojalá que puedas perder el miedo y enfrentarte a tu propia pena.. y que después de eso algo (la lluvia, la música, el tiempo, tu increíble manera de ver la vida) se la lleve también ..


Beso grande Cafecita !!
Y muchas sonrisas para la semana que recién comienza :)

lou dijo...

Uff, te re entiendo!
Pensá que todos estamos venciendos nuestros propios miedos, así que no estás sola.
Besos!

Café (con tostadas) dijo...

¡Buen día!

Cinty: ¡oh, niña! Espero, entonces, que hoy tengas un buen día, como el que estoy teniendo yo ;)

Co: ojalá pase pronto, sí. ¡Ojalá salga, ojalá siga! Y gracias por el piropo ;)

mai: oh, nena. Qué feo que tengas pena. ¡Vení que te cebo unos mates y te doy un abrazo! Gracias.

lou: lo sé, nadie está solo en casi nada pero a veces se siente así... y es necesario que venga alguien de afuera a decirnos que eso es pena, que hay que enfrentarla y que no estamos solos, ¿no?

¡Salú, mujeres!

Guillermo Altayrac dijo...

Yo creo que la pena, cuando uno la niega, se mete adentro de la coraza, uno no puede evitarlo, y desde ahí corroe.
Así que más miedo tendrían que dar los estragos que puede hacer allí dentro si no la miramos a los ojos.
Es como Alien suelto en la nave, babeando ácido.

Me gusta que hayas relacionado el tema de la culpa con el tema del control. Estoy de acuerdo con eso.

¡Abrazo!

Café (con tostadas) dijo...

¡Buen día!

Guillermo: claro que asusta más si lo pensás así. Claro, también, que hace falta tener una postura tomada respecto de, por ejemplo, la culpa para poder pensarlo así.

Ah, eso es toooda una teoría con manteca.

¡Salú!