miércoles, marzo 21, 2012

¡Al agua, pato!

Me levanto, lo miro de frente, la espalda derecha, los talones plantados y empiezo a caminar. Avanzo descargando el peso en mis talones mientras lo estudio, le mido los tiempos, acomodo mis pasos al ritmo que me marca sin frenarme. En algún momento me instalo sobre los dos pies y levanto apenas los hombros para superar el instante en que me prepea y sigo, paso esa barrera, me zambullo de cabeza para esquivar el otro sacudón y aparezco más allá de la dificultad, disfrutando de la calma divertida y espero.

Ella encara el desafío conmigo. Respira profundo y se llena el cuerpo de sensaciones. Se toma su tiempo, va dejando que el agua le refresque el cuerpo de a poquito, se va sumergiendo milímetro a milímetro y se frena algunos segundos ante cada ola. Hasta la rodilla las espera de frente, después las va pasando de perfil, finalmente se arma, gira y resiste el embate con todo el cuerpo mientras, retrocediendo, avanza. Después descubre la superficie tranquila y hunde la cara en el agua y nada y disfruta de la calma divertida.

Así como andamos por la vida,

así entramos al mar.


9 comentarios:

Unknown dijo...

Ahhhh Ahhhhh!!!!
Como soooooossss ehhhh!!!!
Me lo hiciste OTRA VEZ!!!!



Que bueno!!!!
Gracias!!!

Estrellita dijo...

Que linda entrada. Super poetica la narración.

Lucas dijo...

fantástica narración!

Hugo dijo...

Y seguro después se hicieron las que estaban en peligro para que las rescate algún guardavidas...

Co dijo...

Mmm, es una buena estrategia, eh! Porque la entrada a la mar tiene final feliz, relajado, quizás si aplico el mecanismo en la vida tengo final feliz!

Beso!!!

Co dijo...

Mmm, es una buena estrategia, eh! Porque la entrada a la mar tiene final feliz, relajado, quizás si aplico el mecanismo en la vida tengo final feliz!

Beso!!!

Pablo dijo...

Este a~no visite el mar y, como es inevitable, me puse a jugar con las olas. Al principio me arrastraban, me hundian, incluso una grande me dejo patas para arriba. Luego de varios golpes y revolcones fui aprendiendo a seguir con precision la corriente, a disfrutar del juego, a divertirme. Esta tambien es mi manera de andar por la vida.

Me encanto la idea del relato!

Guillermo Altayrac dijo...

¡Me gusta mucho esto, me gusta mucho esto!
Muy bueno, señorita.

Café (con tostadas) dijo...

¡Buen día!

Lariskiev: ¡oops! ;) Te dije que fue una gran idea... ¡ahora el desafío es que se repita muchas muchas muchas veces! La vida es tanto más fácil cuando es cerca del mar, ¿no?

Estela: muchas gracias, que bueno que te gustó.

Lucas: iiieeeiii, ¡gracias!

Hugo: no sirvo para princecita en peligro. Así en el mar como en la vida ;)

Co: ¡es una buena idea! Eso sí, después hay que calcular el tiempo para salir sin que te agarre una ola enoooorme y te deje con la peluca puesta pero vale la pena, todos los días. Sí, sí.

Pablo: epa, muy buena forma de entrar al mar... ¡muy buena forma de andar por la vida!

Guillermo: ¡qué bueno que te guste!, chas gracias.

¡Saluti a tutti!