Amanecidos

Acercate. Juguemos a erizarnos la piel completa con las manos. Despacito, apenas, con el leve contacto de los dedos en el cuerpo. Vamos a reconocernos las cosquillas en cada poro. Vayamos, de a poco, delimitando un universo entero que empiece y se termine en el breve aire donde están, abrazados, tu cuerpo y el mío. Borremos de un plumazo, a fuerza de besos y caricias, el tiempo y el espacio y todo lo que hay donde no somos.

Vení, empecemos de a poquito a encontrarnos sensaciones en cada milímetro de esta piel que nos contiene, que nos conecta, que nos describe. Quedémosnos un rato acá, en este huequito lejos de todo y que allá, afuera, la gente pase, las vidas sigan, las ideas broten, los temores se acurruquen y todo, absolutamente todo lo que no forma este mundo nuestro parezca lejano e innecesario. Hagamos de esa realidad pura ficción por un rato. Quedémosnos así, juntos, cerca, humanos y divertidos, ajenos de todo, excepto de nosotros.

Contamíname, pero no con el humo
que asfixia el aire
ven, pero sí con tus ojos y con tus bailes
ven, pero no con la rabia
en los malos sueños
ven, pero sí con los labios
que anuncian besos.

Contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo,
contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.

Pedro Guerra
Contamíname | Golosinas