Mirala, ¿la ves?. Sentada en plena noche, mirando para arriba como quien contempla el cielo. Respirando profundo, pausado, para sosegar la cabeza y el cuerpo. Fumando sola y a lo oscuro como quien piensa en calma o como quien procura aplacar inquietudes.
Mirala, ¿la ves?. Con el cuerpo repleto de susto. Ni pavura, ni desazón, ni desarraigo. Susto puro. Susto llano. Ese temor que recorre de lado a lado, que alimenta e intranquiliza. Ese susto primario y primitivo que despierta todas las terminales nerviosas. Esa mezcla de ansiedad, curiosidad y miedo que despabila los sentidos y eriza la piel. No es terror, no inmoviliza, no estanca. Es susto. Ese susto que, como las cosquillas mansas, la vuelve alerta y receptiva, lista para todo aquello que promete sorprenderla y desbordarla.
Mirala, ¿la ves?. Con el cuerpo repleto de susto. Ni pavura, ni desazón, ni desarraigo. Susto puro. Susto llano. Ese temor que recorre de lado a lado, que alimenta e intranquiliza. Ese susto primario y primitivo que despierta todas las terminales nerviosas. Esa mezcla de ansiedad, curiosidad y miedo que despabila los sentidos y eriza la piel. No es terror, no inmoviliza, no estanca. Es susto. Ese susto que, como las cosquillas mansas, la vuelve alerta y receptiva, lista para todo aquello que promete sorprenderla y desbordarla.
Mirala, ¿me ves?
4 comentarios:
Bienvenida Cafeee!!!!! que lindo volver a leerte! siempre es un placer!
Ika
Escribes genial;D
No te veo pero te leo.
Se te extrañaba.
¡Hola!
Ika: ¿viste que volvía? ¡Qué lindo que sigas por acá, tan contenta que me pusiste!
Irene: ¡muchas gracias!
Hugo: bobo, te hubieses sumado para las vacaciones. ¡¡La casa es grande y los corazones también!!
¡Salú!
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