miércoles, diciembre 31, 2008

Noches y lunas

Entre miércoles y jueves no cambia nuestra vida. Esta noche vieja y esa mañana nueva no suponen cambios automáticos en nuestro mundo. Sin embargo, vale (y cómo vale) sumarse una vez más al festejo. Dejar en la puerta las penas y las tristezas por un rato y sentarnos a una mesa rodeada de gente que queremos. Mucha o poca, no es cuestión de cantidad. La idea es no sea una cena más.

Una reunión con amigos, un encuentro de familia, una cena en pareja. Sea como sea que prefieras empezar este año nuevo ojalá se te pinten muchas sonrisas con el correr de las horas. Y brindemos pero no porque lo dice la tradición. Brindemos porque siempre hay razones para levantar la copa, para festejar, para agradecer y para disculpar, dejar atrás y superar.

Vení, bailemos este día y esta noche (y todos los días y todas las noches) con los mejores deseos que puedo regalarte.



Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas,
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

Joaquín Sabina
Noches de boda | 19 días y 500 noches

martes, diciembre 30, 2008

Pica

Juguemos como cuando éramos chicos. Juguemos al ladrón y al policía, a corrernos por todos lados y volver al refugio de la casa. Vení a treparte conmigo a un subibaja y divertirnos con las idas y vueltas sabiendo que estamos en el mismo banco. Juguemos al memotest, a dar vueltas fichas iguales en una vuelta y diferentes en la otra y reirnos como locos cada vez. Vení a jugar al dígalo con mímica hasta nombrarnos y al pictionary, a dibujarnos esta historia en la piel, entre los lunares y las cicatrices y el filo de los huesos y cada una de las líneas de nuestro pellejo. Dale, vení. Juguemos a la escondida, al desafío de escondernos y buscarnos por el milagro de encontrarnos.



Quiero dejar todas las palomas
en el cetro de tu alma
y todo el beso en tus pies
que dejes de mirarme burlón,
se que te estoy dando poco,
y mucho te pediré.

Se la nube sola en mi pradera,
seré tu querido verde,
y seras sombra en mi mitad,
y si ves que mi verde se quema,
llueve tu llorosa pena,
y el verde nuevo se hará.

Y que no te vayas un Febrero,
detrás de aquella bandada,
azabache hacia, el pinar,
Quiero ser también dueña del cielo,
y un pinar, pero es preciso,
y que me enseñes a volar.


Hazte sol cercano en la distancia,
hazte en el recuerdo un leño,
y quemate en mi interior,
no quiero tener más noches frias,
ni poder tan solo en sueños,
despertame junto a vos.

Que tengamos alrededor nuestro,
quien berre nuestros nombres,
y mucha sombra por dar,
cuando llegemos a la tierra,
unete conmigo en savia,
así haremos sombra igual

Jorge Fandermole
Canción del pinar | Los trabajos y los días

lunes, diciembre 29, 2008

Sanar

Ya hablé de recuerdos, de cicatrices, de historias que marcan (que me marcaron), de cómo las personas que pasaron por mi vida me modificaron, de cómo quienes comparten mis días de alguna forma me transforman y cambian como consecuencia de ese vínculo que nos une. Ya conté mi versión de algunos de los hombres que pasaron por mi, por toda esta persona que soy.

Hay algunos de esos relatos que todavía no encuentran palabras. Un par de esos pasados que no terminan de quedarse atrás, que no dejan de doler un poco de tanto en vez, que no cesan en su manía de quedarse, cual espina, lastimando la planta del pie en cada paso. Diferencias, errores, palabras calladas, acciones no concretadas que no logran correrse del medio del camino.

Soy de las personas que prefieren sufrir los dolores. Enfrentarse, eventualmente, a las penas, a las decisiones discutibles, a las actitudes ajenas que lastimaron y ponerlas en perspectiva. Si dependiera de perdonar esas historias estarían cerradas pero, en realidad, necesito reconciliarme con las situaciones pasadas y mirarlas sanamente. Algunas veces lo logro asombrosamente rápido, otras llevan años.

Ayer descubrí que estoy encontrando la distancia exacta para reconciliarme con una de mis historias. Quizás la relación de a dos que más me marcara. Quizás sólo otra de esas personas que me modificaron. Me queda un proceso intenso y probablemente lleno de lágrimas que terminará en sonrisa. Las conclusiones llegarán después. Por ahora queda la calma.


domingo, diciembre 28, 2008

Máxima arbitraria 21



Cuando te morís de ganas de perderte en su abrazo y desconectar del mundo pero sabés que no es posible te invade una sensación de profunda soledad.

Cosa 'e mandinga

En el séptimo día dios descansó y satán aprovechó el descuido para plantar higueras en el jardín del edén y en el mundo todo. Una vez creados los higos se tiró a hacer la plancha*.

Acababa de garantizarse un pecado capital por cada alma (y la muerte por shock hiperglucémico del portador).




* de ahí la famosa expresión "rascarse el higo"

sábado, diciembre 27, 2008

Toda una vida

El valor de la palabra, la importancia de decir lo que se piensa y hacer lo que se dice, la fuerza del empeño, el alcance de la constancia, la solidez de las ideas seleccionadas, la prepotencia del trabajo, el valor de escuchar, la fuerza para opinar, el aval de la memoria, la entereza de la verdad, la tranquilidad de buscarnos nuestros lugares, el respaldo de un hogar, el empuje de los objetivos más allá de uno mismo, el encanto de aprender y el valor de saber.

De mi padre heredé genes pero, fundamentalmente, compartí historia, descubrí criterios, incorporé conceptos. No todos los que él tiene para enseñar pero muchos de los que me hacen esta persona que soy. De todas las cosas, lo mejor es que recibí amor.

Toneladas de amor disfrazado de papas rejilla, de horas de viaje, de paisajes impagables, de frutas bajadas de los árboles, de piedras sacadas del fondo de los ríos y los lagos, de piraguas y remos, de cañitas de pescar improvisadas y lobrices y mojarritas, de libros y música, de espacio, de respeto por las decisiones propias, de explicaciones válidas para cada opción, de charlas y debates, de enojos y discusiones, de cosquillas con la barba en las manos para despertarme, de tostadas con dulces, de chacareras cantadas y bailadas, de zambas con su voz hermosa, de pensar y descubrir secretos en las letras de las canciones y abrazos con espaldas rascadas y series con cerveza y maníes y tantas, tantísimas otras cosas que llenaron nuestros ratos compartidos a lo largo de todos estos años.




Hoy papi cumple años.
Hoy desayunamos como él merece.

(y la banda de sonido fue su zamba preferida)

viernes, diciembre 26, 2008

Amanecer

Un rincón nuevo. Una mermelada más en la mesa de estos desayunos. Un instante brevísimo para redescubrir la hermosura. La vida es un cúmulo de detalles, las pequeñas cosas que suceden entre dos grandes momentos son nuestros días y nuestras horas y nuestros lugares y nuestros afectos. Te pido que te tomes un café conmigo y compartas algunas de las cosas que valen la pena para mí.
Nadie conoce la belleza si no vio el sol salir sobre un campo de girasoles florecidos


miércoles, diciembre 24, 2008

Llenar de luz la oscuridad

Y no hay mesa de grandes y chicos ni mimejorpollera ni criaturas corriendo ni adultos debatiendo ni cena multitudinaria ni rebatiña de garrapiñada ni copas trasnochadas ni reguero de botellas vacías.

Este año estuvo, todavía está, plagado de planes que cambian a último momento, de encuentros que se desarman, de reuniones que se desintegran, de momentos que se postergan, de tiempos que no acompañan. Son demasiados días de imposibilidad de encontrar los espacios que necesito.

Esta noche es nochebuena. Podría ser una noche cualquiera pero el feriado y la tradición indican que no es así. Dice la leyenda que el 24 de diciembre de cada año nos juntamos todos y somos felices y levemente borrachos por un par de horas.

Y cantamos y bailamos y brindamos y nos abrazamos y decimos mil veces cuánto nos adoramos y lo mucho que nos extrañamos y las ganas de encontrarnos más seguido y nos reímos a carcajadas y nos queremos, tanto.

Esta noche podría ser una noche cualquiera pero no lo es.
Entonces levanto la vista, sonrío y te invito a bailar.



martes, diciembre 23, 2008

Una silla eléctrica, por favor

Hace todo el día que me hago la guapa. Pienso, ya lo voy a superar, no es tan grave, en un rato se me pasa, es cuestión de pensar en otra cosa y así.

Llevo horas intentando sobreponerme a esta mala jugada de mi cabeza. No lo logro. Probé todas las técnicas que conozco para enfrentar estas etapas. Intenté con buena música, traté de ignorar el tema, jugué a la superada. Todo en vano.

Mis malditas neuronas llevan horas meneándose con ésto.



Merezco la muerte.

No es no

Prácticamente no nos conocemos. Una amiga generó un momento impresentable de ay, yo quería que ustedes se conozcan y se casen. Yo afirmé, con cara de no me jodan, es el alcohol el que habla. Conseguiste mi teléfono. Me mandás un mensaje para cenar. Respondo no. Me mandás un mensaje para almorzar. Respondo no. Me mandás otro mensaje para cenar. No respondo.

Entonces, que vayas a pedirle a ella que me pregunte por qué no te contesté... está de más (y te deja mal parado)

lunes, diciembre 22, 2008

Ni más ni menos

Dicen que existe el amor paratodalavida, el amor quetodolopuede, el amor que nos cambia, el que nos renace, aquel por el que vale la pena morir. Dicen que hay muchas formas en el amor de dos. Pienso que, a veces, es sólo amor.

Un amor que ni juzga ni demanda ni entiende ni exige. Un amor que no espera. Un amor que es adjetivo, que a veces juega de verbo pero no tiene pretenciones de sustantivo. Un amor tan simple, tan pleno, tan ajeno al tiempo y al espacio que podría, tranquilamente, ser para siempre.

Hay quienes dicen que podemos encontrar amores de muchísimas formas y quienes afirman que el amor es uno solo. Un gran amor que nos da sentido, nos complementa, nos mejora. Sin embargo algunas veces no es necesario agregar palabras. Algunas veces es lisa y llanamente amor.




We may never never meet again, on that bumpy road to love
But I'll always, always keep the memory of

The way you hold your knife
The way we danced till three
The way you changed my life
No they can't take that away from me

Kim Hoorweg
They can't take that away from me | Kim Is Back

viernes, diciembre 19, 2008

Country y Ceniceros 03

A veces sucede. Terminamos una relación, nos dejaron, tenemos el corazón destruido y necesitamos seguir pero no encontramos la fuerza, las ganas, el modo. Cuando se termina una historia en la que pusimos muchas ilusiones y apostamos los sentimientos necesitamos encontrar la distancia exacta entre los dos puntos. Hay que lograr que ya no duela esquivando el enojo perdurable.

Un tiempo de angustia y bronca es lógico pero eventualmente debemos superarlo y encontrar, otra vez, las ganas de seguir jugando. Una de las mejores formas es, según mi experiencia, ser capaces de mandar al cuerno a la persona que quisismos y nos lastimó y para eso, nada como las mujeres que cantan country.

Si estás asqueada, cansada, dolida, engañada, maltratada, desenamorada o cualquiera de esos estados que el desamor provoca, dedicate unos minutos y cantale esta canción para que sepa que estás lista para seguir.

Nancy Sinatra - These boots are made for walking



You keep saying you've got something for me.
something you call love, but confess.
You've been messin' where you shouldn't have been a messin'
and now someone else is gettin' all your best.


These boots are made for walking, and that's just what they'll do
one of these days these boots are gonna walk all over you.

You keep lying, when you oughta be truthin'
and you keep losin' when you oughta not bet.

You keep samin' when you oughta be changin'.
Now what's right is right, but you ain't been right yet.

These boots are made for walking, and that's just what they'll do
one of these days these boots are gonna walk all over you.

You keep playin' where you shouldn't be playin
and you keep thinkin' that you´ll never get burnt.
Ha! I just found me a brand new box of matches yeah
and what he know you ain't HAD time to learn.

Are you ready boots? Start walkin'!

miércoles, diciembre 17, 2008

De antojos y realidades

Hace todo el día que canto y bailo esta canción. Recién a esta hora caigo en la cuenta de que me encantaría ser esa mujer.

Que prende las estrellas cuando el cielo no la ve,
Inventa primaveras con flores de papel.


Fabián Gallardo
Estoy hablando de ella | Debajo del agua



Camina y va dejando un vendaval,
Y el viento se le enreda entre los pies.
Sus ojos siempre dicen la verdad,
Sus piernas son un fuego que quema de placer.
Y dicen que hay lugares donde el sol,
No sale sino encuentra a esa mujer.<
Para vestir su cuerpo de calor,
Y acariciar su espalda alguna vez.


Y sé, que cuando abre los ojos hay un nuevo amanecer,
Y cuando se desnuda me ilumina con su piel.
No puedo imaginar la playa sin sus pies,
No tengo más palabras para hablar de esa mujer.
Que prende las estrellas cuando el cielo no la ve,
Inventa primaveras con flores de papel.
Y vuela sobre mí,
Y baila hasta caer.
Me duerme y me desvela,
Esa mujer.

Me cura y me envenena.
Me atrapa y me libera.
Me duerme y me desvela.
Me absuelve y me condena.
Me esquiva y me atropella.
Me incendia y me congela.
No tengo más palabras estoy hablando de ella.

Si un día te la encuentras por ahí,
Y un rayo te atraviesa y no lo ves.
No es nada solo es tu corazón,
Que al fin pudo sentir a esa mujer.


Y siento su perfume en cada atardecer,
Me envuelve con sus piernas y ya nada puedo hacer.
La quiero para mi,
Es el agua y es la sed.
Me cura y me envenena…

Ella es un día de primavera,
Estoy hablando, estoy hablando.... de ella.

¿Grande yo?

A mediados de 1996 empezó la etapa cumpleaños de 15 de mi curso y, por ende, de casi todas mis amigas. En ese entonces nosotras éramos un malón de 8 muchachas inmersas en un curso de 30 alumnos en una escuela completamente caótica. El día en que la primera del grupo cumplía los años fuimos todas a desayunar con ella, temprano y pintamos la calle y llevamos facturas y armamos mates y cantamos a los gritos y repasamos la ropa de cada una para la fiesta del día siguiente y fuimos felices.

Recuerdo que en un momento de la mañana la cumpleañera se acercó a mí y, con gesto cómplice, me agarró de la mano, me llevó a su pieza, nos paramos frente al espejo y me dijo me veo mucho más grande que anoche. Me lo confesó con tanta sinceridad y una mezcla entre orgullo y vergüenza que no me olvidé del gesto en todos estos años. Cuando llegó el día de mi cumpleaños, que era uno de los últimos, el ritual se repitió prácticamente igual. Ella vino y preguntó ¿a vos también te pasó?. No, no me pasó, dije, con absoluta honestidad.

Ayer aprobé la última materia de mi carrera. Según cuenta la leyenda algo debería haberse modificado en mí. Por supuesto que estoy feliz, es claro que la sensación de salir de ese examen fue especial, diferente e indescriptible. Sin embargo, hoy me miré al espejo y no me vi diferente, ni siquiera más grande.



¿Será que estoy decidida a no crecer más?

lunes, diciembre 15, 2008

Indicios de mi

Las personas que más me conocen, en diferentes situaciones, me hicieron notar:

- que mis ojos me delatan siempre...

- que mis manos hablan conmigo cuando estoy convencida y se quedan quietas cuando estoy insegura...

- que mis hombros demuestran cuán a gusto (o disgusto) estoy en ese lugar...

- que mis piernas acusan cuánta confiaza siento por las personas que me rodean...

- que mi forma de hablar, las palabras, las frases, el tono de voz, generan una primera impresión extraña que suele disiparse después de una charla...

- que mi relación con mi familia avisa que somos un clan pero siempre hay lugar para uno más...

- que mis abrazos hacen bien...

- que la cantidad de detalles que cuido en mi relación con las persona hace que me consideren muy compañera.



¿Qué cosas tuyas hablan de vos?

Tiempo técnico

Dormir profundamente hasta media mañana, quedarnos un rato más remoloneando perdidos entre las sábanas y las almohadas, perdidos entre los brazos con una sonrisa, un buen beso para empezar la jornada, levantarme despacio, ponerme una camisa fresca, calzarme las pantuflas de verano o las ojotas, elegir música linda, bailar por la cocina mientras reuno los ingredientes para preparar un desayuno fresco y rico, esquivar los diarios, las noticias y los matutinos radiales, disfrutar lentamente de cada bocado, charlar, cantar estribillos con la voz irregular de recién despierta, sentir el aroma a café despejándome la cabeza, reírnos mucho, inventar anécdotas ridículas con una frase de alguna canción, dejar la taza sobre la mesa de luz, desperezarnos una vez más, jugar a que no nos movemos a que no nos vamos a que no empieza el día, salir de la cama entre mimos y cosquillas y descubrir que no hay nada por hacer excepto pasear y mojarnos los pies en el río.



Necesito vacaciones.
¿Vos?

domingo, diciembre 14, 2008

Máxima arbitraria 20




Cuando te sorprende, fascina y desvela la sensación de su mano en tu cintura... estás frita.



sábado, diciembre 13, 2008

Máxima arbitraria 19




Cuando un hombre se ríe y los ojos le brillan como a una criatura feliz sabés que podrías enamorarte así de fácil.



viernes, diciembre 12, 2008

Basta

Veinte horas de pena y bronca son mi límite permitido. Hasta acá llegué. Ya les dediqué más tiempo del lógico. Ahora hago un corte, rotundo, intencional, premeditado y espontáneo al mismo tiempo. Entre medio quedaron varias de las cosas que hacen que mejore, poco a poco, mi estado de ánimo.

Un post visceral, una ducha, un rato de insomnio, un par de horas de sueño, un viaje en colectivo, algunas horas de trabajo, pensar basta (decirlo en voz alta, escribirlo), regresar a casa, una comida rica, un buen rato de siesta, desperezarme el sueño con una conversación hermosa y divertida, encontrarme con mi amiga-socia, actuar una publicidad de alfajores y bailar canciones de cuando éramos adolescentes.



Listo.
Ya estoy de vuelta.



Sí, lo sé. Debería conseguir una guillotina. Merezco la muerte por esa canción. ¡Disculpame, en mi adolescencia sonaban esas cosas!

jueves, diciembre 11, 2008

Harta

Tremenda, sempiterna, profunda y endodérmicamente asqueada.

Extenuada, enflaquecida, ennegrecida, encogida de los regresos y los reiteros y las retiradas y las repatriadas.

Dolida, descolorida, desmigajada, desarticulada de las palabras y los pudores y las propuestas y los problemas.

Avasallada, llagada, sollozada, subyugada de los replanteos y las respuestas y las repropuestas y los reclamos.

Desahuciada, descuajada, destilada, desteñida de los pedazos y los pruritos y los pasados y los presentes.

Agobiada, adormecida, agotada, amedrentada de los recursos y las reservas y los retenes y las reapariciones.

Perimetral, existencial, epidérmica e integralmente repugnada.

Resumiendo (sin exagerar)

Anoche pensaba que hoy iba a publicar una especie de encuesta sobre su percepción de mi sensibilidad (o falta de). Cambio de planes. Javier habló de mi y me sentí cómplice y me quedé sonriente. Pensé que es mejor empezar el día así. Pensé en lo contenta que me pone compartir estos desayunos virtuales entre sus comentarios y acá voy.

Cada uno de ustedes mueve una fibra distinta de mi. Hay quienes me sorprenden, quienes me miman, quienes me desafían, quienes me aconsejan, quienes me acompañan, quienes me entienden, quienes se cuelgan con el texto y lo demuestran, quienes disfrutan la música, quienes hacen corrección editorial ad honorem (gracias por eso), quienes dicen lo mismo que yo pero mejor, quienes se ocultan en los anónimos, quienes comparten anécdotas, quienes toman mates, quienes prefieren café, quienes traen dulces, quienes prefieren medialunas, quienes bailan conmigo, quienes me ayudan, quienes me piden una opinión, quienes despotrican y quienes vuelven a leer y seguir comentando.

Por cada palabra, por el tiempo, por los ratos compartidos, a todos y cada uno
Gracias, mil gracias, muchísimas gracias.



Esta canción, la remito en papel de regalo
de corazón a corazón
Por sonreír, por dejar que me cuele en tu vida
y estar aquí, gracias a ti
Gracias a todos por oír mis sentimientos
por no dejarme predicar en el desierto
Digo si, gracias a ti...

Rosana
Agradecimientos | Marca Registrada
Sí, no puedo evitarlo, me encanta Rosana. Llamale vestigio de adolescencia, llamale parte piruja de mi personalidad (como diría ¨), lo mismo me da. No puedo dejar de cantar a esta mujer.

miércoles, diciembre 10, 2008

Entrar al juego

Quiero comer naranjas jugosas chupeteándonos los dedos. Quiero que caminemos juntos a las 3 de la mañana por el medio de una calle casi que bailando y dando algunas vueltas. Quiero que nos tiremos entre muchos almohadones, o en una cama o en un sillón cómodo y apoyar mi cabeza en tu pecho desnudo. Quiero que me leas cuentos que te gusten con mi oreja en el huequito debajo de tu clavícula y escuchar tu voz desde ahí. Quiero que se mezclen en mí tu voz y tu respiración y tu corazón latiendo y tu pecho vibrando y tu aroma. Quiero que me recorras el cuerpo despacio, conociéndole los recovecos, los lunares, las marcas. Quiero descoserte a caricias e hilvanarte a besos. Quiero reconstruirte entero con mis labios, con mis manos, con mi cuerpo y que te descubras los límites de la piel y te los vuelvas a olvidar.

Quiero que cantemos juntos, jugando a hacer duetos. Quiero que nos riamos hasta que se nos venzan las piernas y tirarnos en algún rincón a seguir riéndonos. Quiero leer a dos voces algo que hayas escrito vos. Quiero que me hagas cosquillas a los besos en la panza, en los hombros, a los costados del cuerpo. Quiero que nos sentemos en cualquier bar y pidamos un café. Quiero escucharte hablar durante horas, que me cuentes muchas cosas, que me regales instantáneas de tu memoria. Quiero que debatamos apasionadamente sobre el mundo y el futuro y las cosas que nos joden y las que nos ilusionan. Quiero escuchar tu risa, una y otra y otra vez. Quiero que nos pidamos un trago cada uno y sigamos conversando.

Quiero que me agarres fuerte de la cintura y prenderme a tu espalda y besarte un rato largo. Quiero que nos durmamos, exhaustos, en la mitad de un diálogo de locos. Quiero despertarme a la mañana siguiente, desorientada y feliz y escucharte dormir. Quiero preparar café y buscar algo para comer y dejar el mate listo, esperando el turno. Volver a vos, a mirarte abrir los ojos por primera vez en el día, a besarte los ojos con una sonrisa. Quiero que tomemos el desayuno desnudos, jugando, quiero que nos desayunemos. Quiero quedarme un rato más acurrucada en vos.

Quiero que metamos los pies en mi río o en el mar y sentir como se nos refresca el cuerpo. Quiero otro abrazo con los cuerpos tan juntos que no sepamos dónde termina cada uno. Quiero separarme de ese abrazo y sentir tu olor en mí. Quiero jugar a hacer sapito con las piedras planas y recordar que soy torpe y no me sale pero me divierte hasta el borde mismo de la ridiculez. Quiero que me muestres un cuadro que te encante y me hables de él mientras te espío los ojos de tanto en vez. Quiero que me cuentes historias inventadas con tu cabeza sobre mi ombligo desnudo mientras te mimo la cara. Quiero bailar descalzos y que te rías con ojos de criatura feliz. Quiero recorrerte la cara con la yema de los dedos, despacito, descubriendo el dibujo exacto de tus rasgos y tus gestos. Quiero que comamos bocados de cosas ricas picoteando a lo largo de todo el día.

Quiero que digamos que las cosas malas pueden desaparecer y que juguemos a creerlo por un ratito. Quiero tirarme boca arriba en una playa a mirar el cielo y que apoyes tu cabeza en mi pecho y mimarte la espalda suavecito y jugar con los pies en la arena. Quiero cebarte mates sentada chinito en el piso y darte besos en las rodillas mientras tomás. Quiero que descubramos, contentos y casi borrachos, que compartimos uno o dos sueños en dos volúmenes y eso nos parezca asombroso. Quiero que sientas que todo es posible. Quiero que te sientas habitante y habitado. Quiero que te quedes dormido y acariciarte la frente, despacito, darte un beso en el hombro izquierdo y dejarte descansar.

Y quedarme un ratito acurrucada a tu lado, tratando (inútilmente) de alcanzar las riendas con las manos.



martes, diciembre 09, 2008

Huellas

Él: estás exactamente igual que hace 10 años.

Ella: no creas, tengo siete lunares menos que la última vez que me viste desnuda.

Él: eso es un detalle, todavía te quedan muchos.

Ella: la falta de lunares no es un problema, lo que perturba es la suma de cicatrices.


domingo, diciembre 07, 2008

Máxima arbitraria 18




Un primer beso intencional en la comisura de los labios suelta, inexorablemente, las riendas de la imaginación
.



sábado, diciembre 06, 2008

De delirios y posibilidades

Que soy capaz de fantasear para mí misma cosas absolutamente improbables quedó clarísimo hace ya un tiempo. Hoy me supero a mi misma. De todas las posibles mujeres que hay en el mundo, yo quisiera ser de estas:

Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan


Joaquín Sabina
Mujeres Fatal | Esta boca es mía



Máxima arbitraria 17




Los hombres que acarician despacio la espalda, haciendo casi cosquillas logran que te crezcan las alas y te dejes flotar.




viernes, diciembre 05, 2008

Con nombre y apellido

Se iba a llamar Octavio o Francisco o Santiago o Teodoro o Malena o Catalina o Valentina o Ana. Le iba a cantar las muchas canciones coleccionadas y le iba a inventar disfraces y le iba a besar mucho las patitas y me iba a derretir con cada sonrisa.

Un día, hace más de once años tomó forma definitiva en mi cabeza. Tomaron, en realidad, porque un juego adolescente con un anillo de oro atado a un pelo mío moviéndose dentro de un vaso con agua hasta la mitad dijo que serán varón-nena-varón y entonces empecé a elegir nombre más concretos.

Durante muchos años fueron mi mayor propósito. Lo único de lo que estaba segura en la vida. De repente esa certeza me abandonó. Creo que fue una tardecita jodida a mitad de 2004, no estoy segura. Desde ese día (que es algún día de hace varios años) soy un desastre para todo (igual que antes) y para esto también.

Un lunes vuelvo a escribir los nombres y se me eriza la piel. A la mañana pienso que no, no ahora, no así. A la noche siento que nunca, que no puedo, que no soy capaz. Y un jueves elijo un apellido, un segundo apellido que les quede lindo. Si a la mañana digo que no quiero, a la tarde vuelvo a guardar juguetes que podrían gustarles. El viernes selecciono con cuidado la canción para todas las noches y la de cada mañana y una semana después vuelvo a sentir que sería muy mala madre, que no hay derecho.



No me explico como, siendo firme de convicciones, puedo ser así de insegura en algo tan fundamental.

¿A vos te pasó alguna vez?

jueves, diciembre 04, 2008

¿Venís?

Tengo ganas de estar en algún rinconcito cerca del agua. Un río, el mar, un lago y meter los pies en el agua fresca de la mañana y mojarme hasta apenas arriba de los tobillos y sentir que se me refresca todo el cuerpo.

Tengo ganas de que haya un poquito de viento que mueva las hojas y escuchar el zumbido de los árboles por la caricia y sentir que algunos mechones de mi pelo juegan a la medusa y que el vestido se me pega al cuerpo.

Tengo ganas de tomar jugo de naranjas recién exprimido y bailar canciones divertidas y tirarme un rato en una hamaca paraguaya y cantar en voz baja mientras se me aflojan los brazos y pararme otra vez y volver a sentir arena entre los dedos de los pies y reírme hasta que se me canse el cuerpo y moverme con la música un ratito más.



miércoles, diciembre 03, 2008

Tic... tac


Cadena perpetua colectiva al encierro dinámico. Una sola cárcel con tres barrotes desiguales. Sólo tres vigas que se encuentran y se rechazan sin soltarse nunca. En su dominio las vidas transcurren al compás de un sonido rítmico, marcado. Movimientos prolijamente sincronizados aún cuando parecen aleatorios. Millones de seres humanos en cautiverio inconsciente.

Notas musicales deambulando por un pentagrama guiadas por el zumbido acentuado de un metrónomo, masas humanas que se aglomeran y se dispersan a medida que la tierra rota. Desplazamientos calculados para cumplir con lo pactado. Horas, minutos, segundos... Vivimos creyendo controlar el tiempo. Por eso insistimos, ingenuamente, en dotar a los relojes de engranajes que nos permitan controlar esos tres barrotes incapturables.

martes, diciembre 02, 2008

Un reflejo de mí

Todos nos movemos por percepciones, por la impresión que nos queda de los otros, por conceptos y preconceptos. Así cada una de las personas que conozco y a su vez me conocen tienen una noción parcial y fragmentada de mí.

Para mis hermanos soy una amiga, para mis amigas soy compañera, para mis compañeros de trabajo soy un personaje. Hay quienes creen que no me tomo casi nada en serio y quienes creen que no tengo sentido del humor. Para la Abu soy una tierna en el fondo, para una de mis primas fui un modelo a seguir, para Hermana soy una mitad, según Hermano la tengo re clara, para Madre soy un despelote y para Padre un misterio. Así tengo al menos una opinión por cada una de las personas que integran mi vida.

La realidad es que yo, de algún modo, soy todas esas personas y ninguna y muchas otras más. Por eso cuando alguien en una reunión, en la calle, en un curso o donde sea me pregunta ¿vos quién sos? no me queda otra más que levantar los hombros, sonreir resignada y decir Café, Café con tostadas.






(si no entendés a que viene esta canción, leé los comentarios.
Me la presentó Mx hace un rato)

Y sea como sea... ¡vení a bailar!

lunes, diciembre 01, 2008

Musicoterapia

Terminar con mi trabajo, poner música en mis oídos, caminar cinco cuadras haciendo mímica de lo que escucho, disfrutar el viento fresco en la cara, subirme al colectivo, dormir dos horas seguidas, alegrarme de que el viaje a casa hoy dure 120 minutos, bajarme en una esquina familiar, pasar otra vez por esa plazoleta de la infancia, encontrarme con una amiga, preparar mates y retomar. Así remontó mi día. No es el mejor pero, como casi siempre, la música me ampara.



Se largan los mates, hay alfajores para acompañar.
¿Te sumás?

Y soñar

Levantarme, calzarme las pantuflas, ir hasta la cocina, preparar el café con leche, volver a la cama, tomar mi desayuno mirando cualquiera de las series viejas que repiten en las mañanas, acomodar las almohadas, taparme hasta la nariz, hacerme un ovillo en el exacto medio del colchón y dormir hasta que me despierte la sensación de molestia en el cuerpo por estar acostada. Ni el fresco ni la posibilidad de volver a los jeans ni el principio de diciembre me convencen. Hoy ningún motivo me resulta válido para despertarme y, sin embargo, acá vamos.



¿No prepararías vos las tostadas esta mañana?