Escena I Una: es la tercera vez que me llama y recién ahora tengo la respuesta, por eso no lo atendí.
Otra: y bueno, ahora cuando llame decile que justo estabas hablando por el otro teléfono para cerrar el tema.
Una: 'sabés qué pasa? tengo tres teléfonos y justo estaba hablando por los otros dos, haciendo malabares'
Otra: 'es que el cerebro me da pero tengo sólo 2 orejas... si me mandabas un texto te lo respondía con el pie'
Escena II Él: ¿viste el flaco este con el que empecé a salir? bueno, al señorito se le dio por hacerse el romántico... ¡creo que ya volví a la virginidad!
Ella: ¿y ahora se te dio por andar sólo con uno también?
Él: no... pero el intento de trampa se fue al mazo después de unos besos... ¿será que me hicieron una maldición?
Ella: como sea, Él, no me jodas... ¡ninguna de esas cosas es argumento suficiente para que te comas un pendejo de secundaria!
Él: no, no... eso lo digo en joda. Vos sabés que yo no toco menores de 18... Eso sí, voy a empezar a repartirles una tarjetita. 'Cuando cumplas 18, llamame'.
Escena III Esa: yo no sé por qué los compañeros, los amigos, no le dicen nada. Pobre chico, que se traiga un desodorante... es insoportable el olor que tiene. Yo no le puedo hablar.
Aquella: bueno, pero quizás tiene algún problema... qué se yo, algo que no puede solucionar.
Esa: no, nena, ya es olor a cebolla vieja... no sé, que ande con el desodorante en el bolsillo, algo...
Aquella: que se cuelgue un pinito, como el de los autos.
¡Espero que sea climático! Si seguimos así esta oficina se va al tacho.
Porque hay cientos de detalles de nuestra vida cotidiana que nos complican, porque existen pequeños acontecimientos en el devenir de las jornadas que nos restan felicidad, porque a este año le queda poco pero todavía nos da tiempo para mejorar nuestro entorno, sumate a esta campaña.
Vamos a dar vuelta la tortilla, vamos a hacer del mundo un lugar mejor, vamos a cambiar nuestro presente para mejorar el futuro y vamos a hacerlo desde el dulce placer de las pequeñas revanchas anónimas. Hacé justicia, arruinale el día a tu jefe.
Para vos, que sufrís a diario la opresión del capricho de tu jefe/a (Jodido Entrenado para Fusilarte el Empuje/Autoestima (?)), arruinale la vida en pequeñas cuotas con este plan de acción para lo que queda de esta semana:
Día 1: cebale un mate intomable. Día 2: mojá disimuladamente el piso para que se resbale. Día 3: desparramá tinta en su silla. Día 4: convidale bizcochos mufados (bajo el pretexto de que son esos nuevo mejunjes naturistas).
Para todos aquellos temerarios que se animen a ir más allá queda en el bolsillo la posibilidad de agregarle algún laxante en el café.
Podemos cambiar el mundo. Sumate.
Contanos tu experiencia de cada día y proponé acciones para la semana que viene.
El peor daño que causás cuando vivís culpando a tu ex de todos tus males en el amor es el que te provocás a vos misma. Ellos tendrán, como mucho, la carga emocional y chicas, de onda, después del segundo mes ya no les importa (y lo bien que hacen). El problema de poner todos los reclamos en el otro es que te anulás a vos.
Cuando pensás que los errores son sólo ajenos, no queda nada a tu alcance. Te negás la posibilidad de corregir, aprender, modificar y volver a intentar. Te quitás la chance de encontrar otra persona con la que hacer las cosas de otra manera o de la misma y que sea diferente. Descartás, sin más, tu propia intervención en tu vida sentimental. Sabernos responsables es fundamental para hacer la diferencia.
¿Tu felicidad, puede depender sólo del capricho del otro de turno?
Salud, amor y fortuna me llevo todo en orden salud pa´ver , amor pa´ser fortuna pa´olvidar tu nombre Me marcho con las lunas donde el sol no se esconde Él me abriga el invierno y ella enciende mis noches
Pensé que lo primero que iba a escuchar en mi trabajo el día de hoy iba a ser el cántico de algún eufórico sabalero. Para mi sorpresa, llegué para enterarme de que alguien se ha estado apropiando de cosas que no le pertenecen como, por ejemplo, la tabla del inodoro.
Yo soy de esas personas que están siempre pendientes de lo que pasa alrededor y se meten sin darse cuenta. No importa qué esté haciendo o qué tan concentrada esté en algo yo:
soy la que alcanza la sal antes de que la pidas, soy la que tira la palabra que al otro le falta cuando se hace ese silencio de 'estoy buscando la expresión adecuada' (aún si la conversación no me incluye), soy la que estira la mano para sostener la silla cuando el otro tiene las manos ocupadas, soy la que abre las puertas sin que lo soliciten, soy la que trae el termómetro antes de que te quejes, soy la que encuentra las cosas antes de que pidas ayuda para buscarlas.
Al principio puede parecer servicial y agradable pero no es necesariamente así. De hecho, muchas veces genera una sensación desagradable de que molesta algo que, en teoría, debería caer bien.
No sé si es una actitud innata en mí o si la fui desarrollando a fuerza de disciplina pero, sinceramente, pienso que ya debería parar.
En la fauna de los colectivos interurbanos (especialmente los intermedias) existe una raza tanto o más exasperante que adolescentes con celular. Son esas dos mujeres que se sientan e invierten los kilómetros en el insoportable enfrentamiento de quién tiene la casa mejor equipada. En una escalada de voz constante van enumerando los electrodomésticos adquiridos, la cantidad de cuotas y los ahorros en plazos fijos. Es fácil identificarlas, en algún momento una de ellas suelta una frase inconfundible.
Sí, y tengo heladera también. Es enorme, ¡gigante! porque tiene el freezer arriba... freezer automático, ¿viste?
¿Que de repente tenés el impulso de decir algo, algo simple, pero te quedás en silencio? ¿Que por momentos tenés necesidad de pronunciar o escribir una expresión que ya conocés, que es tuya (tuya, tuya) y probablemente quien la escuche o lea no la termine de abarcar y te asusta? ¿Que te sorprende tanto tener esas letras en la punta de la lengua, de los dedos, que terminás optando, sin darte cuenta, por la contractura en vez de la libre expresión?
Durante la adolescencia entre mis amigas se había hecho popular un juego que dependía de las dos últimas cifras de la patente de los autos. Según qué dupla encontraras, tu destino estaba marcado.
00 - amor sincero 11 - te quiere alguno 22 - se quieren los dos 33 - te quiere ver 44 - te pide un retrato 55 - te quiere un rubio de ojos lindos 66 - ... 77 - los cuernos te mete 88 - te quiere un morocho 99 - noviazgo 1010 (lamento decepcionarlos pero todavía existían las patentes con más de 3 dígitos) - casamiento
No logro recordar la predicción que correspondía al doble 6. Hermana y yo hicimos memoria pero no hay caso. Entonces, si lo jugabas y la recordás, ¡ayudanos! Sino, te invito a jugar. Yo sé que superar la calidad de cuatro cuatro te pide un retrato es difícil pero hagamos el esfuerzo. Empiezo con la que se me ocurrió a mí.
01 - Definitivamente, soy una persona de sucuchos chiquitos con mucho rock en vez de una chica de boliche.
02 - Lo bueno de estar con coetáneos es que no te pesa que los clásicos sean los temas que bailabas en la adolescencia.
03 - Fernet y torta con mucha crema chantilly no se llevan del todo bien.
04 - Si laburás en una barra, merecés un castigo por servir el trago echando primero toda la coca cola y arriba la medida completa de fernet.
05 - En el minuto en que la música deja de estar buena se termina la noche en ese lugar. No hay charla ni bebida ni compañía que lo salve.
06 - La gente que se jacta de sus borracheras me parece poco picante. Los que, además, hacen alarde de los efectos puntuales del tequila, directamente me violentan. Aprendé a tomar o dejate de joder.
Evidentemente tenemos diferentes conceptos de diversión
Yo, que siempre estoy buscando argumentos en favor de la educación sexual, la planificación familiar y el derecho a decidir, que no creo en la magia negra ni el vudú ni el tarot pero, por las dudas, me mantengo alejada, que aseguro a los cuatro vientos que los signos son un invento, que es mentira que te va a pasar tal o cual cosa por haber nacido ese día, que, así y todo, me admito canceriana pura cepa y a lo largo de los años no tuve más alternativa que reconocer el factor en la reiteración. Yo, hoy, necesito pedirte un favor por el bien de la humanidad.
Tomá las riendas de tu vida, elegí qué, cómo y cuándo. Defendé a fuerza de decisiones y anticoncepción el momento en que quieras tener hijos y, ya que te estás cuidando tan bien, esmerate para que no te salga escorpiano (especialmente si es varón). Las mujeres del futuro van a saber agradecerlo.
¡Qué cosa, che! Como se descuida la gente en vacaciones.
Magdalena no es santo de mi devoción pero debo reconocerle que, quizás por haberse convertido en ícono, tiene cada vez menos reparos para decir algunas cosas. Esta mañana me desperté con Agarrate Catalina en la cabeza. En el viaje, escuchando radio, la Ruiz Guiñazú cerró una entrevista diciendo más o menos esto.
Hacen falta tomógrafos para hospitales de Chaco y Formosa por 1 millón de pesos que no están pero se destinaron 600 millones al fútbol, los asambleístas de Gualeguaychú van a dejar pasar a quienes vayan a mirar el partido de la selección pero no a los uruguayos que vayan a votar. ¿En qué país vivimos? ¿Cuáles son las reglas? La verdad es que el mundo que les estamos dejando a nuestros hijos y nietos es una vergüenza.
Y yo, desde ese momento, no pude dejar de cantar.
- Así está el mundo amigos Río Negro, Fray Bentos: Aumentan las manifestaciones en contra de las plantas de celulosa, a las marchas se suman figuras públicas como Eduardo Galeano y Natalia Oreiro, quién llevaría la voz cantante de la manifestación - Claro, ni bien se sumó Natalia Oreiro, la manifestación se disolvió en 40 segundos y unos 200 manifestantes se encadenaron al puente para que Natalia Oreiro no sea nunca más la voz cantante de nada, porque estará fuerte como ella sola , pero canta como el culo.
Desde Finlandia, con gran propaganda, llegan las plantas de un jugo especial. Y al mismo tiempo que aumenta el trabajo, esto nos trajo un quilombo ambiental Con perdón del espíritu de Jack “Custó” y la yegua de Briggitte “Bardó”; ¡que viva la inversión! ¡Que placer ir al río a mojarse los pies y sentirse por primera vez un gaucho finlandés!
Ahijuna por el repecho Vienen llegando los finlandeses Se iban para Entre Ríos Pero eligieron cruzar el puente Y ahí fue que los porteños Se preocuparon del medio ambiente Y así comenzó el berrinche Con la rabieta de su intendente
¡Si tocan la celulosa van llenarse de sabañones! ¡Se van a quedar pelados van a volverse mariposones! No ven que es un plan macabro Para transformarlos en lobizones Un plan de los finlandeses Tabaré Vazquez y los masones
Ahijuna por el repecho Vienen llegando los finlandeses Que traigan la celulosa Y que revienten todos los peces
-Pare primo la canoa, que me parece que veo un pececito que solloza. ¿Será por la celulosa que no para de llorar? -¿Cómo se hace para ver que hay un pez llorando ahí? ¿Dónde empieza el llanto y termina el río como distingue usté? ¡Si debajo del agua los peces lloran, quien diablos va a saber!
-¡Ahijuna los finlandeses, vayan pa´sus pagos a picanear los pescaos!
Callesé no sea vejiga los finlandeses son buenos socios no joda más con la ecología se va perder terrible negocio -¿Negocio? La celulosa no mata al pueblo Y a los pescaos les encanta Los bichos se desestresan Mirá como hacen la plancha Quietitos y panza arriba Mirá que lindo descansan
-¡Pero haber sabido antes que era un negocio tan conveniente...! Aparte mirele usted, más allá del negocio... ¡Que van a estar muertos estos bichos, tan descansando! ¡Mirá que lindo pescadito, que vitalidad...mirá, mirá como salta! ¡Vamos, finlandio salte, salte! (interacciones con el pescado muerto) -Hola, soy finlandio me encanta la celulosa! ¡Si usté viera la cantidá de pescao que hay allá en la arena tirao también, tomando sol, loco e la vida, como usté! ¡Hasta se han hecho amigos de las moscas que les andan revoloteando! ¿Eh...lo qué..? ¡Pero dígalo usté, Finlandio, no se quede con la “espina”! -¡La celulosa es muy buena para el medio ambiente! -¡Sí señor! El ecosistema está en su esplendor. Es un caldo de cultivo. Ni se sabe la cantidad de animalitos nuevos que van a surgir gracias a la celulosa.¡Semejante contribución pa´ la biología! ¡Miles de especies nuevas! ¡Fauna y flora en plena mutación! -¡Que lo parió! Se da cuenta, Finlandio, tamo´ siendo testigo´e´ la evolución!
Rumbeando para Fray Bentos de alpargatas y escafandra que lindo es volver al pago y encontrarse con la planta pa´ sentir olor a humo que las chimeneas largan pa´ hacerle fiesta a los perros con pescuezo de jirafa Y esos viejitos divinos bien cargaditos de escamas con tentáculos y branquias amargueando de mañana - Clavo mi remo en el agua lo saco todo podrido creo que he visto un mamut del otro lado del río. Que lindo es volver al pago Pa´ ver las vacas que pastan como la vaca de Milka violeta con manchas blancas y jinetes con caballos visibles para los coches porque tienen pelo verde que brilla cuando es de noche y ovejas modernizadas concientes de lo que es bueno que en vez de crecerles lana les crece polietileno
Hay juegos de colores que ni se me ocurren hasta que miro una película de Almodóvar. Claro que me gustan las historias, que adoro a los personajes, que me conmueve y me roba carcajadas pero quedo maravillada, cada vez más, con el uso de los colores. No se me había ocurrido lo bonita que puede resultar la combinación de rojo y turquesa.
Mi fin de semana podría considerarse casi perfecto de no ser porque anoche los choferes del colectivo decidieron escuchar cumbia durante horas y por mi (afortunadamente leve) dolor de ovarios.
Ahora, que ninguno de esos factores cobre relevancia habla maravillas de mi fin de semana, ¿no?
Es un gran alivio y una suerte enorme que nunca haya tenido propensión a los complejos y que haya dejado atrás la peligrosa edad en la que cualquier apreciación sobre mi apariencia podía poner en riesgo mi imagen de mi misma.
¡Es que hay personas que saben hacer comentarios muy graciosos sobre mi!
Estoy anonadada. En los últimos días, no sé si por la lupa con la que leo o porque los temas realmente se reiteran una y otra vez, me encontré en un punto entre el asombro, el desconcierto y la incredulidad leyendo algunos blogs. Tampoco sé si es porque el tópico es femenino, si es porque yo lo veo, indefectiblemente, desde mi lugar de mujer o si los hombres hacen menos públicas algunas batallas internas pero en todos los casos me descolocaron palabras de mujeres.
Descubro, entonces, que hay conceptos que no comprendo y, además, no comparto. No coincido desde el razonamiento lógico y pormenorizado de las palabras pero, antes que eso, disiento desde el estómago. Me provocan una sensación molesta de que algo no funciona. No desde mi perspectiva. De repente encuentro mucho odio a las ex, demasiada idealización del hombre perfecto que se convierte en el peor humano cuando se termina, mucha bronca con los amigos de la pareja, tanta aparición de 'dominante-dominado', alto índice de histeria, cantidad de acusaciones de víctima y victimario y enorme propensión a creer que el amor y el dolor van de la mano.
Es claro que yo no tengo mucha idea de cómo es esto de las parejas, es evidente que no tengo recetas válidas, sin embargo, como dije alguna vez, alguito aprendí. No creo en la falta de autocrítica, no creo en la fallas de un solo lado, no creo posible detestar a alguien después de haberlo amado, no creo en los manuales y no creo en las relaciones de poder en la pareja. Probablemente esté equivocada en muchas cosas pero si de algo me sirvieron mis historias anteriores fue para aprenderme a mi misma. Vale el dolor, vale la bronca del momento, valen el enojo y el desamor y el hastío. Valen siempre y cuando pasen.
Al fin y al cabo, sobrevivir es aprender y volver a intentar.
01 - Estoy furiosa. Tengo una mezcla de tristeza e instinto asesino difícil de precisar y me asombra que todavía haya temerarios que tiran de la soga cuando está evidentemente al borde de cortarse.
02 - Este fin de semana extendido con pronóstico primaveral y viaje de por medio no podía llegar en un momento más acertado.
03 - Cuando no estoy a un paso del ataque de ira o del llanto, me lo paso cantando, bailando, hablando pavadas y riendo a carcajadas.
04 - Si este año no se termina pronto voy a necesitar un abogado... o un psiquiatra.
05 - Una de las mejores cosas de los primeros días cálidos es que, de repente, tengo antojo de tomar helado... y los disfruto más que de costumbre.
06 - Una de las peores cosas de los primeros días cálidos es que no sé cómo calzarme. El tema ropa se soluciona con el método cebolla pero los pies son un problema para mí.
07 - Según Hermana, mi cabeza se ha convertido en un basurero capaz de contener cosas que ni siquiera podrían catalogarse como canciones.
08 - Ayer descubrí que hace días que la frase que más pronuncio es lo hago plata y me voy al Caribe... ¡estoy necesitando vacaciones!
Algunos días hago fuerza para creer que hay personas a las que les falta el don de la ubicación para no enfrentar la cruel realidad de reconocer que, simplemente, no tienen la virtud de la consideración.
Y nadie, pero nadie le da la edad que tiene. Desde que soy adolescente y le presto atención la gente sistemáticamente piensa que es mucho más joven. Y no es porque esté siempre vestida al último grito de la moda o porque tenga el pelo magnífico de peluquería y 'pastillas para fijar el color' (posta, casi me da un soponcio cuando escuché eso) o porque se haga la piba de manera forzada. No. Y mirá que de un tiempo a esta parte está divina y tiene toda ropa linda y el pelo arreglado y aritos pero no siempre fue así. Madre parece mucho menor propulsión a onda.
Usa internet y sus computadoras de manera que a vos, si a vos purrete-purreta nativo de la cibernética, usuario intuitivo, te pasaría el trapo. Se jacta de ser adicta a la tecnología pero es sólo muy aficionada. Tiene una facilidad increíble para hablar con la gente. Es así. Siempre encuentra una receta para conversar con una, un graciosísimo despotrique sobre deporte para reírse con el otro, una canción nueva para distraer el capricho de una criatura o una conversación de música o cine o series o lo-que-sea con el otro.
No, no... no es todo perfección. Se duerme mirando Matrix y afirma que 'es aburrida', detesta que alguien se lave los dientes en la pileta de la cocina, da batalla por cada caramelo de goma que haya dando vueltas y no le encuentra el chiste a tener una piscina en el patio. Pero cocina como los dioses, abraza como mamá gallina, está ahí para todo (no importa la hora, la distancia, la ingratitud de la compañía, nada de nada... si la necesitás, ella está seguro) y lleve las horas, las lágrimas o las sonrisas que lleve, siempre intenta charlar las cosas.
¿Sabés los párrafos que podría estar contando anécdotas? Son más de 27 años de historias compartidas, es toda su vida de ponerle el pecho a las cosas. Son lustros de amor y enojo y bronca y alegría y viajes y travesuras y retos y comidas especiales. No sé cómo se hace para ser mamá como Madre pero menos sé cómo se hace para ser mujer, para ser persona como Madre (y sí, ojalá algunas cosas me salgan como a ella y ojalá otras no porque, ¡ey!, de ella también aprendí que podemos despegarnos de algunas historias).
A ver, en serio, pensalo. No tiene ningún sentido. Si llegamos al punto en que me duele o me aleja o me asusta una actitud es porque vos, de hecho, la tuviste. Que yo sepa por experiencia previa o por iluminación divina que no soy capaz de convivir con eso es absolutamente anexo. De las muchas cosas que me duelen o me dañan, estamos planteando sólo aquella que se presentó. Entonces, el tema es entre vos y yo, los terceros o cuartos, anteriores o no, poco tienen que ver (poco más que haberme enseñado que eso jode).
Todos tenemos aprendidas un par de cosas de las relaciones humanas. Todos tuvimos y tenemos familias, amigos, ex amigos, compañeros, parejas e historias anteriores. Me conociste con todo un camino recorrido, eso no está en juego en ningún momento. Lo que va en la partida es si vamos o no a caminar juntos. Entonces, si dejaras de pensar en lo que me han hecho las personas que pasaron por mi vida antes, quizás tendrías más tiempo para conocer a esta que soy ahora y descubrir qué es lo que podemos ser de a dos. Si en vez de errores ajenos pudieras verlos como cicatrices o superaciones mías, quizás el enfoque sería otro.
No te culpo porque me lastimaron, te dejo ver dónde duele con la secreta ilusión de que prefieras no herirme.
Otra vez. Empezar otra vez. Volver a los horarios habituales, a los lugares de siempre, a la repetición de las semanas. No creas, no me disgusta, no reniego de mi rutina. El tema es que mis lugares parecen haberse desacostumbrado a mí. Exagerada, pensarás, fueron tres o cuatro días. Tenés razón, fueron pocas jornadas y sí, soy exagerada casi siempre. Sin embargo, la oficina está diferente, los papeles desorganizados, hay vasos apilados, las llaves se escondieron en el fondo de mi cartera y estuve un rato hurgando hasta alcanzarlas y la conexión no se resuelve a incorporarme. Volví pero no tengo msn y eso significa que el teléfono debería estar sonando pero no. Por alguna misteriosa razón el aparatejo no se anima a levantar la voz. Algo sucede. No sé qué es pero algo sucede. Temo que en un rato el mundo arremeta, por ahora estoy tranquila y tengo el mate recién preparado.
Puede parecer que no pero acá estoy, tomando mates.
(ah, sí, sí... la versión que quería no la encuentro porque la conexión anda como quiere pero bueno, vale igual)
Ya lo dije, soy auto referencial y precientífica. Por eso mis teorías son con manteca. Por eso las escribo en pantuflas. Porque de las muchas cosas que no soy, no ser intelectual me resulta cálido y confortable. Todo análisis de la realidad tiene sus límites, los míos encuentran el borde ahí donde dejan de ser algo que me ayude a mi para intentar imponerse a los demás. Entonces, después de tanta pregunta y tantas respuestas y porque varios de ustedes lo pidieron en el contexto del juego, les cuento un poco de que va la cosa.
En las relaciones con las demás personas, los seres humanos nos vamos adaptando y redefiniendo. El contacto y el intercambio con los demás nos muestran elementos que desconocíamos, del mundo y de nosotros mismos. Sin embargo, en un esfuerzo de introspección, todos deberíamos definir tres cosas que no somos capaces de tolerar, con las que no podemos convivir, que nos complican la vida mucho más de lo esperado y otras tres que nos hacen bien, que nos calman, que nos generan felicidad. También, y con sinceridad, tendríamos que nombrar tres cosas nuestras que no podemos cambiar. Por torpes, por incapaces, por tercos, por obstinados o porque estamos orgullosos de eso. El resto, todo lo que queda en el medio, es negociable. Oliverio lo dijo mucho antes y mucho mejor que yo cuando escribió "... no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar".
La teoría de 'azul o celeste' es vieja y compartida. Surgió en una charla de vinos trasnochados con un amigo leyendo partes de una obra de teatro. Nosotros dos, que somos de esos que la mayor cantidad de veces escuchan, después de todo el derrotero de una conversación llegamos a un enunciado bastante simple que con los años fue tomando fuerza. Las personas que, ante ese planteo, prefieren el azul nos atraen y quienes eligen el celeste nos aburren mucho antes. Parece una pavada (de hecho, es probable que lo sea) pero los años le han jugado a favor.
Las preguntas polarizadas que nos ocuparon estos últimos días forman parte del juego de ir encontrando pistas en las personas que nos rodean. La realidad es que todos vamos seleccionando a aquellos que componen nuestra vida basándonos en criterios e indicios absolutamente parciales y subjetivos, en cosas que a ojos de los demás pueden ser estúpidas o infantiles o insuficientes pero que para nosotros no son menores. 'La vida es un cúmulo de detalles' no es sólo una frase en mi blog. Mi vida, de hecho, lo es. Entonces, era lógico que fuesen los detalles los que oficien de tamiz.
Los colores y las almohadas ayudan a delinear con qué personas podría tener una relación más o menos fluida y continuada. Cine, música, ropa y comida me dan pautas de qué tipo de contacto podría generarse y qué tan a gusto podría estar en la intimidad de un vínculo con el otro. La última, la histórica, la del amor juega a contarme qué tan determinante puede ser esa persona en su vida. Es una pregunta capciosa que no tiene respuesta clara, que juega con dos extremos que son, para mi, imposibles y que nos demuestra que tan categóricos podemos llegar a ser (o no).
Ahora bien, sinceramente hablando, todos esos juegos son divertidos pero insuficientes. Antes o después, con o sin preguntas, en la vida de carne y hueso o en la de unos y ceros, durante años o durante días la posibilidad de congeniar o no con otra persona se resume en otras dos preguntas, quizás las más polarizadas de todas.
¿Me hace bien o me hace mal? ¿Le hago bien o le hago mal?
Sería todo un detalle y todo un gesto, por tu parte, que coincidiésemos, te dejases convencer y fueses como yo siempre te imaginé.
A ver, cuando tenga un rato redacto algunas conclusiones de todas las respuestas. De momento, es sumamente interesante leerlas. No sé con exactitud qué dicen esas elecciones pero sí que algunas me llaman mucho la atención, otras me roban una sonrisa cómplice y otras me desorientan. Se viene la teoría con manteca, eso es claro. Hoy ya tendría que dejar de abusar y no preguntar más. Sin embargo, recordé una histórica, que hacíamos jugando con Hermana hace años atrás a casi todo el mundo. Una pregunta polarizada olvidada que me gustaría que me respondas. Eso sí, después, es tiempo de saldar deudas. Entonces, acepto una pregunta polarizada de cada uno. Planteá dos opciones, las que quieras y yo elijo una. Todas serán respondidas, todas con honestidad pero sólo la primera de cada comentario. Pregunto, después respondo.
¿No se puede vivir del amor o el amor es más fuerte?
Pensé seriamente en plantear diferentes preguntas para quienes prefieren azul y los que eligieron celeste pero no. Mejor, pongamos a prueba la teoría inicial. Los invito, otra vez, al juego. Como es posible que esté exagerando (porque soy curiosa) estoy pensando seriamente dar revancha. Ya veremos. Otra vez preguntas polarizadas. Cinco al hilo, una respuesta para cada una, ¿vamos?