Después de leer a la rubia suicida.
Recuerdo a mi madre diciéndome que deje de mirarme en el espejo. Recuerdo los chistes de mis hermanas en la heladería de pared espejada. Recuerdo que alguna vez me dijeron que era síntoma de vanidad o me acusaron de narcisista. Quizás, en algún punto, tienen razón pero yo tengo otra teoría.
Soy una persona curiosa, muy curiosa. Hago muchas preguntas y cada cosa que me llama la atención la miro, la estudio, la recuerdo. Tengo, además, debilidad por los gestos. Cuando hablo con alguien observo mucho su cara, sus expresiones, el movimiento de sus manos. Tengo archivados en la memoria la forma de caminar, el modo de sentarse, la manera de tomar el mate y demás detalles de las personas que conozco y de otras a las que pocas veces vi.
Pienso, entonces, que es sólo lógico que me dedique al espejo para conocerme esos detalles a mí misma. Siendo una persona que detesta las cámaras, pocas otras opciones me quedan. Creo, en realidad, que la diferencia entre las acusaciones y mi teoría es que el objeto de mi atención no soy sólo yo.
Soy una persona curiosa, muy curiosa. Hago muchas preguntas y cada cosa que me llama la atención la miro, la estudio, la recuerdo. Tengo, además, debilidad por los gestos. Cuando hablo con alguien observo mucho su cara, sus expresiones, el movimiento de sus manos. Tengo archivados en la memoria la forma de caminar, el modo de sentarse, la manera de tomar el mate y demás detalles de las personas que conozco y de otras a las que pocas veces vi.
Pienso, entonces, que es sólo lógico que me dedique al espejo para conocerme esos detalles a mí misma. Siendo una persona que detesta las cámaras, pocas otras opciones me quedan. Creo, en realidad, que la diferencia entre las acusaciones y mi teoría es que el objeto de mi atención no soy sólo yo.
Si la intriga es generalizada, ¿sigue siendo vanidad?